Un ranking otorga el honor a la Universidad de Jaén y a todos los jienenses de ser la que más contribuye al desarrollo regional
Hay que ser muy cauto con los rankings que cada cierto tiempo aparecen sobre las universidades españolas, como si de una tabla clasificatoria de una liguilla deportiva se tratase, sobre todo, porque detrás de ellas, en nuestro caso de la Universidad de Jaén, hay 16.000 alumnos, otros tantos potenciales, y un personal docente y administrativo que en apenas dos décadas ha situado a la UJA como el principal activo que tiene esta provincia, junto al olivar. Por ello, y como quiera que las comparaciones son odiosas, sobre todo cuando se trata de hacerlo con universidades que tienen siglos de antigüedad, es preciso no dejarse llevar por las generalidades, es decir, por aquello de que la UJA ocupa tal puesto en el ranking total. La importancia de la Universidad de Jaén en el desarrollo y crecimiento de la provincia es fundamental y sin duda, el mejor acierto de esta sociedad a la que tanto le gusta fustigarse, en la historia reciente de Jaén. La UJA ocupa posiciones muy destacadas en algunos parámetros en los que en pocos años se ha labrado un prestigio gracias al trabajo y el esfuerzo de muchos. Por ello, que un ranking revelase ayer que es la universidad andaluza más influyente en el desarrollo regional, no hace más que confirmar una realidad aplastante.