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“El piano es capaz de transmitir todo tipo de emociones”

Pedro Jiménez es un enamorado del piano, un jienense que ha escrito la historia del Concurso Internacional de Piano ‘Jaén’ y secretario del jurado desde 1985

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  • Pedro Jiménez Cavallé. -

Es un enamorado del piano, un jienense que ha escrito la historia del Concurso Internacional de Piano Premio ‘Jaén’ y que forma parte de su crónica por llevar 33 años como secretario del jurado del Concurso más prestigioso de Jaén y antiguo de España.

Pedro Jiménez Cavallé (Mancha Real, 1942) es catedrático de Música de Escuelas Universitarias, especializado en piano.

Su vida profesional ha estado dedicada a la docencia, en la Universidad de Jaén, pero también como pianista acompañante. La práctica musical siempre fue lo que más le gustó. “El piano lo ha sido todo en mi vida”, dice.


Nunca se presentó al Concurso. “En mi época, cuando veía el nivel de los pianistas, la tentación de presentarme desaparecía”, bromea.

Aceptó ser el secretario del jurado en 1985. “Nunca he sabido decir no a nada relacionado con la música”, dice. Hace 33 años se lo propuso el creador del Premio, Pablo Castillo. “Nuestros orígenes de piano fueron comunes. Pablo recibió clases de piano del mismo profesor que tuvo mi padre”, recuerda. Se presentó en su casa y le dijo: “Si no lo aceptas, el Premio se puede perder”. Pedro Jiménez era seguidor del Concurso. “Me dio miedo aceptarlo, pero cómo iba a decir que no”, valora.

Desde entonces, su trabajo ha sido incansable por mantener vivo el Concurso. Fueron años en los que la supervivencia del Premio tuvo “mucho mérito”. Al convertirse en Internacional, buscaban para el jurado pianistas extranjeros residentes en España. El nivel de compromiso fue fundamental. “Había pianistas dispuestos a llegar a Jaén como jurado sin cobrar, incluso aportando dinero al Premio, como hizo Rosa Sabater”, que da nombre al premio a la mejor interpretación de música española. “El Premio crecía de nivel, pero tenía que crecer económicamente porque si no, los pianistas se iban a otros concursos. Si Diputación no lo hubiera organizado y patrocinado, nos hubiéramos quedado sin pianistas”, afirma.

Su labor como secretario ha cambiado en estas tres décadas. Él fue chófer del jurado, incluso. “Con mi propio coche, iba a la estación a recogerlos y llevaba sus maletas. Mi familia me ayudó muchísimo. No había dinero y todo se hacía de forma muy doméstica”, rememora.

Por su experiencia, Jiménez Cavallé reconoce que “el Concurso no ha dejado de crecer” y que ha adquirido “un gran prestigio”. Ganadores como Rafael Orozco avalaron ya “el nivel de pianismo alcanzado en el Concurso” y desde entonces, la evolución ha sido en el número de participantes y en la dotación económica, “un atractivo más del Concurso”.

Nunca le han propuesto la presidencia, sí votar como secretario y alguna vez lo ha tenido que hacer. “Al no votar, vivo muy feliz en el jurado”, asegura. Como profesional, reconoce que se busca “a un artista, un pianista que exprese música, que conecte con el público y que no sea muy mecánico ni circense”.   Como pianista, siempre hizo uso del pedal derecho y defiende el piano como un “instrumento muy completo, capaz de transmitir todo tipo de emociones”. Él descubrió su vocación siendo un niño y aplaude que la especialidad de piano llene los conservatorios.

En cuanto a la afición, reconoce que es alta, pero que “si la ubicación del Concurso fuera otra, se proyectaría más, especialmente entre los jóvenes, por sus años de proyección”.   En Jaén, dice, “son muy pocos los que conocen la influencia del ambiente musical que se crea y menos los que son conscientes de cómo revierte en la educación de las personas y de los propios aficionados este Concurso y toda actividad musical”.

Tiene más de siete libros publicados. Como musicólogo, ha desempolvado partituras del archivo de la Catedral y las ha llevado a agrupaciones musicales. Ha dirigido el Orfeón Santo Reino, pero se ha ido desligando poco a poco porque le resulta “doloroso” apartarse de lo que lo hace feliz. “No me imagino el día que no pueda seguir en el Concurso, aunque sé que siempre estaré ligado a él”, dice emocionado, a sus 76 años de edad.

De momento, el autor de ‘Premio Jaén. Historia del Piano Español Contemporáneo’, que ya recogió cincuenta años de historia del Concurso,  trabaja en un nuevo libro, ahora sobre los 60 años del Concurso. “El Concurso me ha marcado y lo hará más en la etapa final”, concluye.

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