“La respuesta es el amor, la entrega desinteresada, el compromiso...”

Publicado: 24/01/2024
Entrevista con el poeta Pedro Sevilla, Escritor. Autor del libro de memorias ‘El amor es ahora’
El poeta Pedro Sevilla (Arcos, 1959) da muestras una vez más de su prolijidad con la aparición de ‘El amor es ahora’ (Ed. ‘Renacimiento’, 2023) a modo de memorias que en este caso pone punto y seguido a su demoledor ‘Los relojes nublados’ (Ed. ‘Espuela de plata’, 2014) con el que el autor redescubría el amargo mundo del alcoholismo. Entre artículo y artículo, entrevista o ensayo, entre colaboración periodística y mucho más, nos sorprende con una reedición que fue presentada el sábado 20 de enero en La Carbonería de Sevilla por parte de dos compañeros de viaje poético: Juan Lamillar y Abelardo Linares. Mucho ha llovido desde que el también poeta Francisco Bejarano publicara allá por 1989 sus primeros poemas que darían paso a la edición de ‘Y era la lluvia, amor’ tan solo un año después. Estamos, por tanto, ante un poeta cuajado en su hacer literario, marcado por la experiencia de más de tres décadas de constante publicación con el paréntesis de una enfermedad que inevitablemente marcó su forma de entender la vida y la muerte como ha reflejado en su propia creación. Y también ante un narrador por derecho propio que ha asistido a los eventos más sobresalientes en España España desde los años de la transición política.

 

Pedro, eso de memorias suena a ganas de recordar. ¿Te sentías de alguna manera obligado a narrar tus memorias, lo vivido?

– ‘El amor es ahora’ es un libro nuevo,  no un nuevo libro. Se trata de una reedición del que en 2021 publicó la editorial jerezana ‘Canto y cuento’, dirigida por el poeta José Mateo. Lo que hace ahora la editorial ‘Renacimiento’ es reeditarlo. Y contestando a la pregunta, sí, en todo lo que escribo, sea en prosa o en verso, hay una necesidad de narrar, de responder a este misterio en el que se desarrolla nuestra vida. 

¿Por qué el título de ‘El amor es ahora’? No se puede dejar el amor para mañana…

– El libro nace en unas circunstancias personales muy especiales. Mi madre se hundía en el Alhzeimer, su deterioro mental era cada vez más insostenible, y yo quise de alguna manera suplir su desmemoria esgrimiendo la memoria mía, mis recuerdos familiares, mi infancia con ella. Y el título es porque creo que no puede haber memoria sin amor, sin piedad.   

Cuenta como adelanto la editorial que los cuidados dispensados por tu hijo a una persona enferma de Alzheimer te han inspirado de alguna manera para escribir estas memorias, ¿tal vez temiendo a este demonio que afecta a tantas personas llegada una edad y que, como sueles decir, borra los recuerdos?

– Sí. Algo de esto digo ya en la anterior pregunta. Me aterroriza la pérdida de memoria, en mí o en las demás personas. Creo que el Alzheimer es una enfermedad horrible porque nos vacía, nos desaloja de nuestros recuerdos, que son la base sobre la que se sustentan nuestro presente y nuestro futuro.

Dice también la editorial que esta sucesión de acontecimientos que narras es ofrecida con “la crudeza” que caracteriza al autor en su manera de contar las cosas, pero también con “intención reparadora y esperanzada”. ¿Hay reparación para la tragedia?

– La tragedia, el dolor, sólo pueden ser reparados mediante el amor. Hay temas, preguntas, dudas, no sé, por qué sufren los niños, por ejemplo, que no tienen respuesta humana, y sólo pueden responderse con amor, con el amor ahora.  

¿Dónde radica ese mensaje esperanzador que subyace en medio de la pena?

– Es el amor. La respuesta es el amor, la entrega desinteresada, el compromiso con los seres dolientes. 

¿Te sientes ya definitivamente el reputado poeta y novelista que eres o sigues siendo ese chaval de la calle Molino que soñaba con serlo?

– Alberti tiene un poema que dice más o menos: yo era un tonto y lo que he visto me ha hecho tres veces más tonto. Más o menos así me siento yo. Era, como dices, un chaval de la calle del Molino y creo que, a pesar de las publicaciones, entonces era mucho mejor poeta que ahora. Más poeta porque era más inocente, porque miraba el mundo con los ojos llenos de maravilla adolescente. Ahora  lo mejor escribe uno con mejor técnica, pero entonces, cuando no había escrito casi nada, era mucho mejor poeta.

Si no mal recuerdo, no hay obra tuya que no haya sido presentada en nuestro Arcos. ¿Para cuándo ese encuentro con el público si es que lo has proyectado para presentar “el libro nuevo”?

– Yo quiero ofrecer lo mejor que tengo a mis paisanos, así que buscaré alguna fecha para ofrecer esta reedición. Amo a mi pueblo. Aquí abrí los ojos al mundo y todo lo que escribo está surcado por la historia de este Arcos nuestro.

 Gracias una vez más a la espera de dar lectura a la que aparentemente promete ser algo más que un libro de memorias, un testimonio histórico del devenir de los tiempos a tus ojos.

– Es un recorrido por mi historia familiar, como digo, para contrarrestar la pérdida de memoria de mi madre. En este libro se cuenta el desarraigo familiar de los hombres emigrados, uno de ellos mi padre; y se cuenta también la entrada en mi casa de la heroína y el sida, que de una u otra manera nos destrozó a todos.

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