El SAS ha administrado en las dos primeras semanas y media de la campaña 22.000 dosis de la vacuna de la gripe en el distrito sanitario Jerez-Costa Noroeste. Hasta el momento ha recibido un total de 45.600. A tenor del ritmo de inmunización y de la predisposición con la que están acudiendo los usuarios a los centros de salud, previa cita, la previsión es que “en pocos meses tengamos vacunados a muchas personas”.

Al igual que el pasado año, la Consejería de Salud ha vuelto a adelantar el proceso de vacunación y ha incrementado el número de dosis. Para hacernos una idea de este aumento, si la media de vacunas inoculadas en los años 2018 y 2019 estaba entre las 44.000 y 45.000 dosis, en 2020 se inyectaron en el distrito sanitario de Jerez 67.163, según datos facilitados por el farmacéutico Antonio García Bonilla, al frente del servicio de Farmacia de Atención Primaria del Distrito de Jerez-Costa Noroeste, desde donde “envíamos la vacuna del Covid y de la gripe”.  

A tenor de estas cifras, a lo largo de estas casi tres semanas se han pinchado ya la mitad de la media de las vacunas que se administraban a la población antes de la pandemia. La lectura, por tanto, es positiva para este profesional, pues evidencia que la ciudadanía “sigue con la misma predisposición”.

Ahora “es fundamental” que  esta actitud continúe a lo largo de las próximas semanas. La vacunación, en el caso de los grupos de riesgo, y la prevención, manteniendo los hábitos heredados de la pandemia, es decir, el uso de mascarilla, el lavado de manos y la distancia social, son imprescindibles para mantener firmes al virus de la gripe, asegura este farmacéutico, de cara a una campaña que se presenta más incierta que nunca.

Si el pasado año, el SAS comenzaba a vacunar de la gripe a las puertas de la segunda ola del coronavirus, cuando todavía lo peor estaba por venir, y con una preocupación generalizada por la similitud de la sintomatología de los dos virus, este año no hay que bajar la guardia. Al contrario, el contexto tampoco es favorable: al repunte de casos de las últimas semanas, lo que hace temer la llegada de una sexta ola, hay que sumar el desconocimiento de la virulencia con la que se presenta la gripe, que el año pasado casi no se manifestó. “No sabemos cómo van a estar nuestras defensas, porque hubo casos contados de gripe, puede incluso que la virulencia sea mayor. En la parte de Australia ha aumentado tanto la gripe como el virus respiratorio. Tenemos un grupo de médicos centinelas que van alertando de la evolución, y si por ahora no ha habido nada, sí es verdad que se supone que habrá más incidencia, lo que desconocemos es la virulencia”. De igual manera, la falta de casos en 2020 hace que los expertos afronten la campaña mentalizados de que estamos ante un año de nuevo, “atípico” en el que ni siquiera se atreven a dar plazos de cuándo será el pico más alto. “Si seguimos con mascarilla obligatoria en interiores puede que se retrase el pico de incidencia (normalmente suele ser a mediados de enero). Es todo muy incierto”, admite.

Si todos los años se mueven con el mismo patrón, este año es también desconocido, ya que independientemente de la mascarilla y de la higiene de manos, “no sabemos si la población sigue estando protegida de los contactos de años anteriores, todos los años se cambia la composición de la vacunas de la gripe, pero el año pasado no hubo contacto con este virus, y las defensas de nuestro cuerpo no tuvieron que actuar”, detalla. 

Ante esta incertidumbre, la recomendación de los expertos es unánime: “Hay una evidencia científica” que ha demostrado que el uso de la mascarilla ha sido eficaz y ha funcionado muy bien como “pantalla protectora”. 

Por tanto, hay que continuar con la misma dinámica. “Yo sería partidario de seguir usándola en interiores e incluso en el exterior si no se garantiza la distancia de seguridad”. También aconsejan no perder de vista que la inmunización absoluta no existe, por lo tanto no libra a la población de contagiarse, tanto de gripe como de Covid aunque la reacción sea menor.