“Hay que ver lo que estáis subiendo la gasolina estos días”, comenta un señor preparado para pagar la ‘multa’ al otro lado del mostrador en una estación de servicio de la zona norte. No es de las más baratas. Aquí no hay colas, pero los empleados se han llevado ya más de un rapapolvo de sus clientes. “Pregúntele usted a Pedro Sánchez”, le responde resignado y tomándoselo con sentido del humor el trabajador. En ese mismo instante, una señora pregunta si las gasolineras se quedarán sin combustible si hay huelga indefinida del sector del transporte desde el próximo lunes por la precariedad que arrastra el sector y la subida de los precios. “Pues a ver qué hacemos si el camión no nos trae la gasolina”, responde otro empleado.

Ante el temor de que este extremo ocurra, los bulos que circulan ya por las redes sociales, y  la subida del precio del combustible por la guerra de Ucrania, los conductores han aprovechado para llenar sus depósitos. Lo hacen a regañadientes, para intentar arañar algunos céntimos, recurriendo a las gasolineras low cost, y de un complejo comercial, donde los precios están mucho más baratos que en el resto. En esos enclaves se han generado colas de hasta media hora. “Esto es horroroso; después de media hora nos hemos tirado para acá, hay mucha diferencia con otros días”, señala una conductora.

Otros admiten que aunque tenían el depósito para tirar varios días, han preferido llenarlo al completo “por el miedo de que los precios sigan subiendo”. Y es que la escalada no tiene techo, al menos de momento. En una semana el coste del combustible se ha incrementado en 10 céntimos por litro, mientras que desde el pasado miércoles va a seis céntimos más por litro diario.

“Está todo el mundo rajando, todo el mundo, y con razón”, comentan en otro surtidor, mentalizados de que esta situación no va a parar hasta que “Putin no deje la guerra”. Este jueves, según click gasoil.com, un portal que compara los precios de las estaciones de servicio, el precio de Gasóleo A más barato en Jerez era de 1,659 euros el litro, (en un surtidor de un centro comercial), mientras que el más caro se disparaba hasta 1,919 euros el litro, es decir, hasta 30 céntimos más de diferencia.