Como cada año, en la Plazoleta del barrio de San Isidro no cabía un alfiler, porque miles de algecireños se habían congregado en tan típica plaza para aguardar impacientes e inquietos la salida del Medinaceli y La Esperanza.
La emoción se veía reflejada en las caras de los feligreses, llegando a su punto álgido cuando hizo su aparición, por la puerta de la capilla, el trono del Señor de Algeciras.
Cientos de promesas se arremolinaron detrás del Medinaceli, con la intención de conseguir uno de los mejores puestos y a la espera de la gran avalancha que se esperaba, cuando se fuesen sumando más fieles a la estación de penitencia.
Después, con sus características mujeres vistiendo el traje de penitente, haría acto de presencia, tras ciertas dificultades a su salida, el paso palio de La Esperanza, que también fue aclamado por los algecireños allí presentes.
A partir de ahí se inició la estación de penitencia de la que, al cierre de esta edición, aún restaba por cubrir parte de su itinerario.
Bastón de mando
Hay que destacar que, durante su itinerario, el paso del Cristo de Medinaceli lucía el bastón de mando de la ciudad, después que el alcalde, Tomás Herrera, lo entregara a primera hora de la tarde de ayer, como viene siendo habitual, al hermano mayor de la reconocida cofradía algecireña, Manuel Delgado Cerro.
Delgado agradeció el gesto del alcalde, junto a otros antiguos hermanos mayores de la cofradía, presentes en el sencillo acto.
Distinción 'Ubi Charitas'
Por último, la Hermandad de la Sagrada Mortaja ha instituido la I Distinción Ubi Charitas (Donde está la Caridad), para reconocer la labor diaria de tantas personas que decidieron dedicar su vida a la Caridad en cualquiera de sus vertientes.
La hermandad de la Sagrada Mortaja, en la mañana del Viernes Santo, a las 12.00 horas, entregará la distinción a José Ramírez Gil, ante la presencia de sus Sagrados titulares.