Como muchos niños de su edad, comenzó a cantar en las fiestas familiares. En una feria de Jerez salió por bulerías cuando su gente festejaba los dichos de una de las “mocitas” que se iban a casar. Todos participaban y él no se quedó atrás, aunque resultó ser la sorpresa de la saga de los Carpio. Es sobrino de El Garbanzo, de El Mijita, sus primos son El Tolo, Alfonso y José Mijita, más lejanos pero igualmente familia están David Carpio, Juanillorro (q.e.p.d.), El Tañé… y por bandera, su abuelo Alfonso Carpio Montoya El Berenjeno, de quien toma el remoquete.
Han pasado unos años desde aquel momento que lo llevaría a debutar en la Peña La Bulería de Jerez, en un encuentro con los jóvenes que celebraban en ambiente pseudo profesional y causó una gran sensación. Desde entonces no ha parado de trabajar, come de esto, como se suele decir, y con oportunidades que ha sabido aprovechar hasta consolidarse como una de los nombres con más proyección del cante en la actualidad. Sin ir más lejos, el pasado mes de agosto fue el capitán del espectáculo Calle Sol, creado para estrenarlo en la Fiesta de la Bulería de Jerez dedicada a Lola Flores.
El pasado sábado cerró la temporada de festivales en La Algaba, tras unos meses recorriendo escenarios de tanta fama como el del Potaje de Utrera, en las Jornadas del Cante de El Puerto de la Peña Tomás El Nitri, la Noche Flamenca de Aguilar de la Frontera, entre otras tantas citas. “La clave para crecer es estudiar, rodearte de buenas personas y ser humilde”, aunque también reconoce el cantaor que “hay que tener suerte”.
En este encuentro tiene muy presente a Hugo Pérez, su representante, “quien me está ayudando mucho y me aporta, está apostando por mí”. Hace unos días triunfaba en Madrid, en la Suma Flamenca Joven, y dice que “es una gran experiencia porque el público, aunque el de aquí abajo es más calentito, es muy respetuoso y tiene mucha afición”.
Afronta un final de año con mucha actividad, pues además de tener recitales importantes como el que ofrecerá en noviembre en la ACF Fernando Terremoto, Vejer o en Yecla, Murcia, viajará del 24 de octubre al 9 de noviembre al continente africano, concretamente a Costa de Marfil y Senegal, para participar en festivales musicales en los que tendrá la responsabilidad de representar al género flamenco con cuatro actuaciones y cuatro masterclass. Irá acompañado de su fiel escudero, Manuel Heredia.
El último mes de 2023 seguirá dedicándoselo a las zambombas, como viene haciendo desde hace unos años, con su espectáculo Nochebuena Cantaora. “Es cierto que ahora intento seleccionar más donde trabajo porque te llaman de muchos sitios y queremos ir el equipo que hemos formado, disfrutamos muchos y lo pasamos bien”, dice José.
En ese sentido, el cantaor comenta que “es importante cuidar el caché, pues tengo 29 años y tengo que vivir, pagar una hipoteca, un coche y hasta una boda, que si Dios quiere celebraré con mi mujer el próximo años, pero también hay que tener el tema dinero, en ocasiones, en un segundo plano. Sabemos que hay citas que nos viene bien estar y no todo es el dinero”.
Contraer matrimonio con su pareja será una de las grandes citas del 2024 para José, y otra será la presentación del que será su primer trabajo discográfico. Lleva unos meses en el asunto y las redes sociales se han hecho eco del proceso de grabación en el estudio Paco León, “él y Álex Fernández se están encargando de la producción musical, y la guitarra es la de Manuel Heredia, porque este disco será tanto suyo como mío. Él ha estado siempre conmigo, en las buenas y en las malas y es justo que esto sea de los dos”.
Quiere tenerlo acabado a principios de año aunque “prefiero tenerlo ahí para presentarlo a mitad de año, cara al verano y con idea de hacer una gran presentación en Jerez”. El disco aún no tiene título y confirma ya que será “flamenco tradicional pero con instrumentos y un lenguaje más actual, propio de estos tiempos”.
Y no todo acaba ahí, El Berenjeno continúa con sus clases de cante en la Fundación Alalá. “Este proyecto se ha convertido en esencial en mi vida, doy clases tres horas los martes y tres horas los jueves, a un total de treinta menores y disfruto mucho porque aprendo cada momento. A los más pequeños le enseñamos a cantar desde los valores, le explicamos lo más importante, y algunos mayores van más allá y quieren saber de quién es el cante tal, de Joaquín el de la Paula, de la Roezna…”.
