Los tres vecinos de Los Barrios fueron detenidos por los gendarmes marroquíes y fueron puestos a disposición de la autoridad judicial, en un principio por entrada ilegal en el país vecino y, más tarde, acusados también de implicación en el tráfico de estupefacientes, aunque David Cano pudo regresar a España a los pocos días de la detención por tratarse de un menor de edad.
Cano ha explicado hasta la saciedad que “la acusación por tráfico de drogas contra mi hermano y el compañero, y de la que no hay pruebas, porque es completamente falsa, se basa en el hallazgo de una moto acuática abandonada con 8 fardos de hachís y dos teléfonos móviles en una zona próxima al punto donde se produjo su detención”.
Los dos vecinos de Los Barrios, que no están en prisión, aunque no pueden salir de Tánger, han sido sometidos a juicio y están a la espera de que se les notifique la sentencia que, según los abogados que han ejercido su defensa, les condena a tres años de privación de libertad y contra la que ya se ha presentado la correspondiente apelación. Jorge Cano y Juan José Ramírez han mantenido su inocencia y han contado ante el tribunal marroquí con todo detalle la verdad de lo que les ocurrió: que el día de los hechos se desorientaron mientras navegaban por el Estrecho como consecuencia de la niebla, la falta de experiencia y la carencia de GPS en la embarcación, que se quedaron prácticamente sin combustible junto a la costa marroquí, adonde terminaron arribando sin siquiera saberlo, y que solicitaron desde allí el auxilio del servicio de Salvamento Marítimo de España para que les rescatase, aunque sin éxito.
Así, la desesperación de estos barreños es inmensa: “Después de 3 meses y con un país detrás, seguimos a merced de la justicia de Marruecos y de la diplomacia de España, desde la incertidumbre observamos los incidentes de un país y otro, una y otra vez y nosotros en medio entre dos aguas que no nos llevan a ningún lado”.
Y añaden: “Todo se soluciona pero nosotros seguimos sin una solución cuando nuestro problema esta directamente implicado un numero de teléfono de una administración de España, que es donde nuestro país tenía que haber actuado y terminado con todo esto de alguna manera”. Y reclaman estos pescadores aficionados: “Los servicios que existen entre los dos países contra el narcotráfico pueden facilitarles todo, puesto que esa moto tiene matricula y existe documentación en Salvamento Marítimo con nombre y apellidos de quien es el autor de este delito y de nuestra desgracia”.
Tan desesperados están estos dos barreños que señalan que “tendremos que recurrir a la violencia o a hacer una huelga de hambre como en el Sahara o como en Melilla, para estar en todos los medios de comunicaciones y que nos escuchen de una vez lo que de verdad esta ocurriendo con nosotros”. Y finalizan lanzando un nuevo mensaje de socorro: “Necesitamos mucho mas apoyo de nuestro país desde el gobierno o desde la ley, puesto que el juez de primera instancia nos hizo firmar un papel en blanco en presencia de nuestro abogado marroquí, que se rellenó en la Gendarmería de Tánger y que dice que el alijo es nuestro sin ser esa Gendarmería la que estuvo en el lugar de los hechos; hay que aclarar ésto y demostrar que el numero 956 684740 no ha mantenido nunca contactos con teléfonos marroquíes es muy importante”.
Y acaban los dos barreños: “Con la justicia marroquí nos encontramos sólos; están haciendo y harán con nosotros lo que quieran. ¡Nuestra situación es inaguantable!”.