Los colegios públicos Elio Antonio de Nebrija, en el barrio de La Granja, y Tartessos, en la zona del Parque Atlántico, van a ser objeto de una inversión millonaria que roza los cinco millones de euros, financiadas a través del PIREP y con aportación municipal, para rehabilitar sus respectivos edificios con actuaciones encaminadas a un ahorro energético del 68 por ciento. Las intervenciones proyectadas, que ya se encuentran en la última fase de adjudicación, contemplan desde el refuerzo de la cimentación, aislamiento térmico en fachada y cubierta a la instalación de energía renovable, la sustitución de luminarias por LED y de ventanas. Ambas comunidades educativas llevaban desde que comenzó el curso preocupadas por saber en qué punto estaba el proceso administrativo, pero también han alertado por separado del mal estado de sus patios, a los que urge una solución.

Hace solo unos días, la AMPA La Palmera del CEIP Elio Antonio de Nebrija, denunciaba en redes sociales el “lamentable” estado de los patios y las caídas y las “numerosas lesiones” que están sufriendo los alumnos por los desniveles del terreno. Llevan años denunciándolo al Ayuntamiento y la respuesta que han obtenido, aseguran, es que el presupuesto de arreglo es elevado “por lo que es competencia de la Junta de Andalucía”. Esta última, por su parte, apunta a la falta de mantenimiento y, por tanto, lo deja en manos del Ejecutivo local.

En el CEIP Tartessos han perdido la cuenta de los escritos que han enviado. En su día la AMPA tuvo que arreglar con sus propios medios uno de los tres patios infantiles, pero este curso ha vuelto a estallar en redes sociales después de llevar más de un mes reclamando el desbroce de uno de los patios de Primaria muy transitado por el campo de fútbol. “Antes de irnos de vacaciones ya lo pidió el director, para que cuando volviéramos estuviera solucionado. Y hemos vuelto y nada. La AMPA ha enviado dos escritos. En el primero, me llamaron al día siguiente, diciéndome que sí, que iban a venir, ya al segundo no contestaron”, critican.

“Es un patio utilizado diariamente por cientos de alumnos y alumnas, que en invierno sufren el perjuicio de tener los pies mojados y en verano la picadura de insectos. No se puede permitir que un espacio de colegio esté en esas condiciones constantemente y el organismo competente no le ponga remedio”, concluyen.