La jerezana Paula Romero ha conseguido que su corto Mothertruckers sea una candidatura para los próximos Premios Goya. Actualmente está haciendo promoción de esta obra que le ha llevado mucho tiempo de trabajo y con el que ha recibido el reconocimiento de varios festivales de cine. Ahora, esta periodista y productora está viendo recompensado el esfuerzo, la dedicación y el cariño que le pone a su trabajo. Sueña con poder llegar a la nominación, aunque estar en este punto ya es una recompensa.
¿Qué ha supuesto la candidatura a los Goya?
–La candidatura ha supuesto mucha alegría, algo que en ningún momento pensamos cuando empezamos en este proyecto, muy honesto, con poco presupuesto y con una difusión gracias a crowfundings. Ha tenido un recorrido muy bonito con un año y medio por festivales internacionales y premios como en el de Sevilla. Esta candidatura nos hace más visibles en el territorio.
Este domingo lo presentasteis en la Academia.
–Es algo que hacen todos los nominados. La parte más especial y diferente es que vamos a poner un camión con una instalación artística interactiva dentro. Crear el espacio en el trailer que una los tres muntos: cine, mujer y transporte. Es lo que significa, el papel de la mujer acmionera en el mundo del transporte. Quería aprovechar para visibilizar precisamente al departamento de transporte en el cine. Darle valor a las personas que trabajan en la logística y que no está reconocida. Son los primeros que se levantan y los últimos que se acuestan.
¿Imaginabas llegar a este punto?
–Lo más gordo va a ser cuando salgamos nominados. El corto está visible en Filmin desde hace varios meses. Es una plataforma muy fuerte. Y además hemos tenido ese recorrido por festivales. Hemos contado con una distribución necesaria para que el corto se pueda ver en lugares que no imaginaba y que la historia haya llegado más lejos. Porque para ser una candidatura a los Goya tienes que cumplir muchos requisitos.
¿Y te imaginas ganar el premio?
–La verdad es que no. Estoy intentando poner los pies en la tierra. Soñar, podemos soñar hasta el infinito y más allá. Empezamos de una forma muy modesta y esto es lo que me llevo. El Goya al final es una plataforma para visibilizar una historia que quería contar y que transmite un mensaje. En el caso de que llegáramos a la gala, el premio iría dedicado a las mujeres de la industria del transporte. Ya eso no tiene precio. Sería mi mayor premio.
¿Cómo se te comunica la candidatura?
–El proceso se abre a mediados de verano y las productoras envían las propuestas si cumplen los requisitos. Este año están algo más estrictos. En diciembre anuncian las nominaciones y entran cinco cortos documentales. Esoeremos entrar. Al final votan los académicos, que son a los que tenemos que conquistar. Sin tener recursos, siendo un equipo de migrantes españoles en Inglaterra y que no tenemos una carrera consolidada en España, cuesta mucho llegar. Tenemos a gente fabulosa y abruma el cariño y el amor que pone la gente que cree en este proyecto.
Habrán llegado muchas muestras de cariño...
–Es muy especial y muy bonito. A veces da un poco de vértigo. La gente empieza a verte de cierta forma y parece que hay que cumplir unas expectativas. He llegado hasta aquí y es precioso y puede que no llegue a la nominación. Genera un poco de presión interna.
¿De qué va el corto Mothertruckers?
–Lisa es una camionera y escritora con más de 20 años de experiencia. Tiene la particularidad de escribir para evadirse de la realidad en la cabina de su camión. Se contextualiza en un momento post Brexit y con una crisis en el transporte. Una especie de colapso en el sistema. Juego con la animación como elemento de ficción para irme a los mundos que ella imagina cuando conduce. Combinado con algo más documental siguiéndola a ella en el día a día, una mujer camionera rompiento los estereotipos. Da un poco de luz a un mundo desconocido. Solo el 2% de camioneros son mujeres en España y un 3% en Inglaterra. Además, llama la atención que cuando preguntas a los hombres explican que son camioneros como sustento económico para sus familias, en cambio las mujeres el concepto que más repiten es el de libertad. Eso me generó mucha controversia, ¿qué tipo de libertad es esa de estar tantas horas dentro de un camión?
¿Cómo llegas a tratar este tema?
–Soy periodista y hay dos formas de contar una historia: Sabes la temática que quieres y buscas a la persona o tienes al personaje y él te trae la historia. Yo quería hablar de esto y no tenía personaje. Empecé con una investigación de seis meses yendo a festivales de camiones, que es un mundo realmente interesante. Haciendo una inmersión encontré a Lisa que, además, es escritora. Ella puso toda la parte creativa. Le pasé una propuesta de guion y pensaba que la iba a rechazar. Lo entendió y fue todo muy fácil. Trabajamos muy bien juntas.
Otra jerezana que tuvo que irse de casa...
–Da mucha pena que hasta que no te reconocen fuera, no te reconocen dentro. Yo estoy muy contenta y esto me hace tener perspectiva de vuelta. Estoy pensando en volver. Que el corto haya tenido una acogida tan bonita en Andalucía y a nivel nacional hace que me lo plantee. Me siento arropada. Es verdad que un Goya no te cambia la vida. Esto es reconocimiento, pero no crédito. Pero a mí me está sirviendo para reconciliarme con mi país.
¿Siempre quisiste dedicarte a esto?
–Sí. Cuando entré en la carrera de Periodismo todavía se escribía con papel y boli y experimenté el cambio a lo digital. Cuando salí entré un poco en crisis e hice mis pinitos. Eso me llevó a emigrar y tras vivir en Sudamérica me fui a Inglaterra. La dificultad lingüística me hizo que fuera complicado poder ejercer mi profesión allí y fui virando hacia la parte documental y técnica. Este es el primer corto que hago a nivel tan profesional. Paralelamente llego dedicándome dos años a la industria televisiva de Inglaterra en la BBC o Netflix y sacando mis proyectos personales poco a poco.
