Lola Flores y Jerez se convirtieron la noche del jueves en los protagonistas del último programa de la temporada de
Lazos de Sangre con un especial dedicado a la artista más universal para brindarle un homenaje por el centenario de su nacimiento desde su tierra,
deteniéndose en la casa de la calle Sol en la que nació y repasando la faceta más personal y artística de la inolvidable jerezana. El especial fue grabado en las tablas del Villamarta,
el teatro que la vio debutar con tan solo 16 años.
Conducido por Jordi González, el espacio fue seguido por un
patio de butacas entregado y repleto de arte, entre el que se encontraban muchas caras conocidas como Macanita de Jerez o Paco Cepero, ante las que se rindió María del Monte, una de las colaboradoras de este especial, o el propio Paco Lobatón, que presumía de ser vecino de La Faraona al haber nacido en el barrio de La Plazuela.
Uno de los primeros en romper el hielo y traer la magia al coliseo jerezano fue el cantante David DeMaría, que se llevó a su terreno
el Pena, penita, pena de Manuel Quiroga para recordar a nuestra artista más universal. “¡Va por ti Lola. Viva Jerez!”, dijo tras concluir su actuación entre aplausos.
El sentido de la libertad, su papel como embajadora y su generosidad para hacer de Jerez una tierra “más universal” fueron algunos de los aspectos más destacados de nuestra artista más universal, "revolucionaria y rompedora", en palabras de la alcaldesa, María José García-Pelayo.
El broche de oro llegó de la mano de María del Monte y David DeMaría, que animaron a un público entregado a cantar La Zarzamora, la copla más identificativa de la carrera de Lola Flores.