Los últimos datos publicados por la Consejería de Salud y Familias de la
Junta de Andalucía el pasado noviembre -actualizados a junio de 2023- en las
consultas externas del Hospital de Jerez, apuntaban a un total de
31.465 personas esperando una primera consulta, y situaban la demora media en 118 días. Pese a todo, estas cifras solo subían ligeramente, dado que hace un año eran 31.105 las personas que engrosaban las listas de espera.
Por especialidades,
Oftalmología aglutinaba el mayor número de personas con 6.715 pacientes derivados esperando consulta, de los que 4.799 llevaban más de dos meses, situándose la demora media en 140 días. Le sigue Dermatología, con 3.806 pacientes, de los cuales 2.026 aguardaban más de dos meses para ser atendidos, y Neurología, con 3.678 pacientes, 2.431 desde hace más de dos meses. Mientras tanto, ¿qué pasa en la sanidad privada?
¿Se está beneficiando de esta situación? Hace unos años hubiera sido impensable, pero el colapso de la pública también le está pasando factura, como está ocurriendo en otros puntos del país. Los tiempos de espera para ser atendidos por especialistas se empiezan a alargar de tal manera que hay pacientes que se están encontrando directamente con la
agenda cerrada.
Es el caso de una pensionista de Jerez,
para quien coger cita con el dermatólogo en una conocida clínica privada de esta ciudad se ha convertido en una
misión imposible. Y no solo con este especialista. Al ser mayor de 65 años, la c
uantía que le cobra su seguro médico crece sustancialmente y prácticamente se triplica hasta los 149 euros al mes, un desembolso que, de ninguna manera, le garantiza que la vayan a ver antes que en la Seguridad Social.
“Llevo como diez meses intentando coger cita para Dermatología y es imposible”, relata a este periódico.
Cansada de intentarlo una y otra vez, esta semana se ha ido a otra clínica y ha pagado una consulta de 60 euros. “Lo he hecho pagando un seguro de 149 euros al mes;
no tiene nombre, es de vergüenza pero ya no podía dejarlo más”. El problema es que esta especialidad no es la única con estos problemas.
Otras como traumatología ni siquiera tienen la agenda abierta. “Me dicen que vuelva a llamar, no es que me den cita para dentro de dos meses, ojalá al menos me la dieran, sino que llame de nuevo que no tienen la agenda abierta.
Es indignante. Y si hay tanta gente esperando como para tener una agenda cerrada, contratad a más especialistas porque dinero desde luego hay, porque doy por hecho que hay mucha gente porque sino no entiendo este colapso”, relata impotente mientras se plantea seriamente borrarse del registro del seguro.
“Está claro que no compensa”, concluye.