Los comerciantes y locales de la avenida Lola Flores y los vecinos de la zona, tanto de Chapín como de Residencial El Ángel, han estallado por el botellón de jóvenes e incluso menores que desde hace años se ha instalado en una bolsa de aparcamientos que hay detrás del edificio Artesanía, entre las calles Nápoles y Milán.
Llevan años soportando estas reuniones, pero desde el verano los problemas de esta movida nocturna se han intensificado. “Todos los fines de semana hay peleas, llamamos a la Policía. Aquí se han llegado a juntar hasta cinco coches de la Policía. Se lo hemos hecho saber al Ayuntamiento de Jerez, con el anterior Gobierno también, y no se hace prácticamente nada”, se quejan comerciantes afectados.
El “colmo” de estas "botellonas de chavales” que no fallan cada viernes y sábado hasta altas horas de la madrugada son los actos incívicos que se producen durante la noche con pintadas e incluso robos, sin contar con “lo asqueroso” que dejan este espacio. Sin ir más lejos el pasado fin de semana robaron dos patinetes eléctricos de dos trabajadores de un bar valorados en alrededor de 1.000 euros. “Esto ya ha sido el colmo, que aprovechen un momento de despiste para entrar en el almacén, donde se guarda la terraza, para robar los dos patinetes, sin contar con lo sucio que está todo porque es un aparcamiento privado y los servicios de limpieza no entran”, critican los comerciantes de esta avenida.
La presencia de dos negocios de copas “de dudosa legalidad” cercanos a este punto negro no ayuda. “Hay uno para niños, y eso el Ayuntamiento lo sabe, y cierra pronto, y hay otro que abre a las cuatro o cinco de la madrugada y cierra a las once de la mañana y recoge todo lo que hay”, concluyen.
