Dylan, de cinco años, tiene autismo e hiperactividad. Su PTIS (Personal Técnico de Integración Social) consiguió quitarle los pañales tras volcarse con el pequeño, que tampoco come alimentos sólidos y es uno de los más afectados de los ocho alumnos con necesidades especiales que atendía a jornada completa en el CEIP Isabel La Católica. Por esta y otras razones su madre, Virginia, aunque se mudó y pasó a estar a diez kilómetros de distancia, decidió que su hijo siguiera en el mismo centro. Estaba muy contenta por cómo iba evolucionando. “Gracias a Dios ha aprendido a hablar y no hablaba nada. Las monitoras del comedor le ayudan a comer, del colegio no tengo queja alguna; de la Junta sí, porque no ha hecho nada por mi hijo”, cuenta a VIVA JEREZ.
Pero su “tranquilidad” acabó de golpe y porrazo hace ya más de un mes, cuando esta monitora se fue del colegio por cuestiones laborales. Virginia lo tiene apuntado en rojo en el calendario: desde el 27 de enero el colegio público del entorno de La Plata está sin PTIS, pese a los informes que la dirección ha remitido desde entonces a la Delegación territorial de Desarrollo Educativo y Formación Profesional y de Universidad. Estas circunstancias obligan a su madre a pasar toda la mañana prevenida en la zona del colegio para entrar a cambiarle el pañal a su hijo. Es una de las consecuencias más graves de la falta de este profesional, que ya pasa factura a la evolución de su hijo. Dylan ha dado un paso atrás y ha vuelto a necesitar pañales. También ha perdido estabilidad a la hora de mantenerse sentado.
Como consecuencia, salvo días puntuales que le han hecho el favor de hacerlo los docentes porque no podía llegar al colegio en ese momento, hay jornadas en las que su madre entra hasta cuatro veces a clase. Ya no puede más. “Estoy súper agobiada. No tengo vida. Yo ahora mismo no estoy trabajando, pero tampoco podría por esta situación. ¿Qué pasa con las madres que sí lo están?”, critica, sin comprender la falta de previsión de la Administración. No quiere que llegue la Semana Santa, empiece el tercer trimestre y siga en las mismas. E incluso se plantea manifestarse a las puertas del colegio.
Este mismo jueves ha registrado una reclamación en la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Jerez. Ha sido el mismo día en el que después ha recibido buenas noticias que Virginia no se terminará de creer hasta que lo vea con sus propios ojos. Fuentes de la Delegación territorial de Educación han confirmado a este medio que está previsto que el colegio de su hijo vuelva a tener PTIS el próximo jueves 21 de marzo y que la demora responde al hecho de que el puesto sea de función pública, lo cual implica un trámite más largo de cara a un proceso “garantista”.
El caso de Virginia y su hijo Dylan es otro ejemplo más del déficit de monitores especiales que la Flampa y los sindicatos de enseñanza llevan años denunciando en Jerez y en toda la comunidad autónoma. "No podemos dejar que esto siga pasando", concluye.
