Las lluvias de la pasada Semana Santa han dejado más de 100 litros de agua por metro cuadrado en Jerez y hacen ya de marzo un mes “histórico” hidrológicamente hablando, con un balance total de 200 litros aproximadamente, un horizonte que nada tiene que se despedía 2023.
“En el campo sí ha llovido a gusto de todos; no hay ningún cultivo al que le haya venido mal”, resalta
Miguel Pérez, secretario provincial de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos –COAG- de Cádiz, a 7TV, que apunta también a lo beneficioso de estas lluvias para la ganadería. “Es muy importante que afronten el principio de la primavera con abundancia de pasto”, agrega.
Como detalla, el olivar, el viñedo, la remolacha, los cereales, la preparación de las tierras para el algodón, la pipa, el garbanzo…la generalidad de los cultivos han recibido con los brazos abiertos estas últimas lloviznas que, además, han caído “sin episodios torrenciales” lo que beneficia aún más a las tierras a la hora de “empaparlas de agua”.
Teniendo en cuenta que tras la última Semana Santa se superan ya los 500 litros, y la normalidad del año hidrológico se mueve en la horquilla de entre los 500 y 600 litros,
Perez tiene claro que “todos los números salen” para “levantar” las restricciones de agua en el campo y que “por lo menos” las limitaciones en la dotación de riego bajen del 75% actual al 50%, tal y como le han trasladado a la Junta. Esto les
permitirá “salvar” los cultivos de primavera y verano que necesitan una cantidad de agua determinada
. También van a instar a la Consejería de Agricultura a que lo acordado sea una “decisión firme” para que se puedan “planificar”. “Esto no es una fábrica que de un día para otro cambiamos, en el campo hay que planificar con mucha antelación”, precisa.
Otro aval de la COAG para solicitar que se reduzcan las limitaciones al menos a la mitad es la garantía de agua “de uso de boca” para los ciudadanos para los próximos dos años, por lo que considera que el agua restante “estará disponible para riego”. “
Queremos que se puede abrir la mano y por lo menos aliviar un poco al sector de regadío”, sostiene.
En cualquier caso, Pérez también advierte que estas nuevas circunstancias no significan que haya que bajar la guardia, por lo que llama a la prudencia. Los problemas como consecuencia de una sequía histórica de los últimos cinco años siguen ahí, aunque la imagen del pantano de los Hurones sea más esperanzadora que nunca. “Visualmente, todavía el de Guadalcacín tiene niveles históricamente bajo, es un gran pantano, tiene agua, más de 150 hectómetros cúbicos, pero todavía estamos por debajo de la media histórica. Estamos en una situación delicada, pero no extrema; nos ha venido muy bien este mes de marzo”, concluye.