La rotonda del Catavino ha recuperado este martes uno de sus símbolos más característicos:
su venencia gigante, un monumento que tuvo que ser retirado a finales de octubre tras ser
tumbado por la borrasca Bernard.
Desde esta mañana, la venencia preside ya la
glorieta Manuel Simó de la Riva, junto al Parque de Bomberos, tras unas labores de montaje que han comenzado a las diez de la mañana y han reunido a numerosos curiosos que no han perdido detalle del proceso.
Tal y como ha precisado el delegado de Servicios Públicos, Jaime Espinar, su retorno a esta rotonda se ha retrasado más de lo previsto por el refuerzo con acero que se ha realizado en el interior de la pértiga para prevenir que en próximos temporales “se doble de nuevo y pueda causar males mayores”. En este proceso, han aprovechado también para
“dar una imagen más moderna y adecuada al conjunto monumental con pintado de colores más propios del vino”.
Además, en las últimas semanas se ha realizado
el repintado del conjunto ornamental con colores ‘vino fino’ y negro mate, para darle más similitud a la copa de vino y a su contexto, como ya avanzó la propia alcaldesa, María José García-Pelayo, en sus redes sociales, avanzando una recreación del resultado final. “Cambiamos el color para asemejarla a una verdadera copa de fino”, señalaba la regidora jerezana.
Del mismo modo, se ha realizado la instalación de un nuevo sistema de bombeo de agua y se ha renovado la iluminación ornamental. Igualmente, las letras que hacen alusión al nombre de la ciudad ‘JEREZ’ se han cambiado a plateado, son de acero inoxidable y también se han pulimentado al igual que la pértiga de la venencia.
Tras las pruebas de este martes,
en los próximos días se podrá poner ya en funcionamiento. Los trabajos de reparación fueron adjudicados a la empresa Iter Trivium a finales de enero por un importe de 17.036 euros.