“Me parecía increíble ir a un concierto de Taylor Swift, pero ahora que ha pasado todavía no me lo creo. Me hace falta ver los vídeos para verificar que estuve allí”.
Entre las miles de swifties, (como se autoproclaman sus fans) que la noche del miércoles enloquecieron cuando
Taylor Swift empezó a cantar Miss Americana & the Heartbreak Prince, se encontraba la
jerezana Daniela, de 15 años. Y todavía faltaba el saludo en español, que llegaba a los pocos minutos. El Santiago Bernabéu se venía abajo.
Antonio, su padre, que le acompañaba en esta aventura,
le regaló la entrada “por ser buena estudiante y por su cumpleaños”. Las suyas eran de las más "económicas": 100 euros cada una. Pero mereció la pena, aunque para conseguirlas se llevara algún sofocón, como cuenta a VIVA JEREZ.
“Para la primera fecha que anunció (el de este jueves) se quedó en la cola. Después de cuatro horas y pico solo quedaban entradas de 1.000 euros. Pero luego se anunció un segundo concierto, y esta vez a los que se quedaron tan cerca les dejaron preferencia y pudieron elegir las entradas. Lleva nerviosa desde que las consiguió”, asegura riendo.
Y es que Daniela vivió esas tres horas y media de show tan intensamente que este jueves estaba “destrozada”. Y no hay mejor señal que esa. “
No paré de cantar y de bailar, de hacer vídeos con mi móvil y el de mi padre. Yo había visto algún concierto por redes sociales, pero no me esperaba que fuera todo tan impresionante. Cuando estás allí y ves a toda la gente, el escenario, las cámaras, las pantallas…impresiona muchísimo”, señala, a punto de coger el tren de vuelta a Jerez.
Como buena fan, cumplió a rajatabla el padrenuestro del universo swiftie. Tras dar una vuelta por la capital, tocaba volver al hotel, darse una ducha y vestirse con un
outfit elegido a conciencia en el que no podían faltar ni los flecos, ni las lentejuelas. Ella optó por el azul Klein y llevaba las muñecas cargadas de las llamadas pulseras de la amistad, con letras de las canciones de Taylor. Las mismas que muchas seguidoras se intercambian antes del concierto. Los accesorios tampoco faltaban en el pelo.
Antes de entrar, una vez que pasaron el control de seguridad,
les entregaron una pulsera led que durante el concierto se iluminaba de distintos colores al son de las canciones que iban sonando. Daniela seguía sin podérselo creer. No coincidió con ninguna paisana, pero le consta que Jerez también llevaba su buena legión de fans. “En la estación de tren vi a varias chiquillas que sigo en Instagram con ropa de Taylor”, dice al respecto.
Y después de tres horas y media, más de una treintena de cambios de vestuario y mucha emoción, el primer concierto de la gira
The Eras Tour llegaba a su fin. El repertorio pese a la juventud de la compositora estadounidense es tan amplio que Daniela echó en falta algunos de sus temas favoritos. “Es normal, su discografía es inmensa. Me las conocía casi todas. Ella es muy cercana”, apunta, tras reconocer que regresa a Jerez siendo todavía más fan después de disfrutar de un concierto que le costará olvidar.