El deporte tiene siempre dos caras. La amarga de la derrota y la dulce de los éxitos. En la inmensa mayoría de los casos, para lograr la segunda de estas caras hace falta mucho trabajo detrás y una pizca de talento. Y tener muchas ganas y mucho compromiso. Todos estos podrían ser los ingredientes que están haciendo que el equipo cadete del Xerez Féminas esté dando mucho que hablar. El pasado año lograron un histórico ascenso a la Primera División Andaluza y este curso, enfrentándose a canteras de clubes muy potentes como el Sevilla, Betis, Málaga, Córdoba, Granada o Almería  han conseguido una holgada permanencia, quedando en mitad de tabla y siendo el equipo de la provincia de Cádiz mejor posicionado.

Estas chicas de entre 12 y 15 años se han convertido en “una auténtica familia”, como indica su entrenador, Abraham Pavía, que pone el foco de este buen trabajo en ese buen ambiente de grupo y en el compromiso de sus chicas. Y es que el camino no ha sido ni mucho menos fácil para llegar a codearse con clubes de la élite del fútbol español y jugarles de tú a tú. Esta generación brillante de futbolistas es la que “pongo de ejemplo a todos los padres que vienen al club”. Cuando empezaron, siendo alevines “recibían goleadas de 15-0 o 20-1” e indica el técnico que “es difícil hacerles entender a los padres que están en categorías de formación cuando hay otros clubes que van  a machacar y no a formar. La generación buena ha sido de jugadoras y de padres. Es muy importante el ambiente que rodea a las jugadoras y ha sido muy importante para que tengan esa tranquilidad y paciencia para la formación. A los tres años, cuando eran alevines de segundo año, ganaron la liga sin perder ningún partido. Pasaron de alevín a infantil, pero competían en liga cadete y siendo infantiles de primer año ganaron la liga cadete. Y el año pasado fue cuando ascendieron. Son niñas que han sabido perder, que han vivido esa cara fea de la competición, pero se han formado muy bien. La generación es una locura”.

Reconoce Pavía que “en once años que llevo en el fútbol femenino”, nunca había encontrado una generación como esta: “me han ganado”. Y es que “es un equipo al que le gusta competir, esforzarse y superarse. Son amigas, compiten por el puesto siendo compañeras y el ambiente es genial. Ese es el gran éxito de este grupo”.

Cuando el pasado año lograron ascender, tenían claro desde el club jerezano que “el objetivo era la permanencia”, aunque sabiendo “que íbamos a sufrir en una categoría que no conocíamos con todos los grandes de Andalucía como Sevilla, Betis, Málaga, Almería...etc. No sabíamos a qué nivel íbamos a estar y nos hemos sorprendido gratamente. Hemos estado en mitad de tabla bastante cómodos y siendo el primer equipo de la provincia en la clasificación”.

Enfrentarse a la nueva categoría “al principio impresiona un poco”, reconoce el entrenador” porque “son canteras que en realidad son selecciones. Teníamos ese miedo de saber a qué nivel íbamos a estar. En toda la liga al único que nos ha costado competirle es al Sevilla. Quitando ese enfrentamiento contra el campeón destacado, los demás han sido bastante satisfactorios. Hemos competido bien y hemos sacado buenos resultados contra grandes equipos. Ha sido una inyección de adrenalina para nosotros, el cuerpo técnico, como para las jugadoras”.

En la competición “jugamos con la ilusión y también con muchos nervios. Ellas tenían mucho miedo porque estaban acostumbradas a jugar con equipos locales y pasas a enfrentarte a equipos grandes y el escudo impresiona. A ellas les ha pasado factura, pero les ha servido para seguir formándose”. Pero sonre todo, está “el compromiso, porque hemos tenido viajes largos como a Almería, que son más de seis horas. Llegas aquí de madrugada porque vamos y venimos, no tenemos presupuesto para hacer noche. Lo tienen muy claro y es lo que nos ha permitido competir y disfrutar de la temporada”. De hecho, tienen edad de pensar en otras cosas más que en el fútbol, pero es que este grupo “tiene una buena educación deportiva desde muy pequeñas”, apunta. “Tienen sus salidas y demás, como todas las niñas de esas edades, pero es verdad que su hobby y su tiempo libre lo dedican al fútbol”.

Cuando hay grandes generaciones como esta pueden llegar equipos grandes a fichar jugadoras. En este sentido, Abraham Pavía apunta a que “si viene la cantera de un equipo de Primera División yo no las querría retener. Siempre que nos pidan consejo les daríamos todas las cartas encima de la mesa: que no las engañen, pero que puedan aprovechar sus oportunidades. Es cierto que nosotros por infraestructura y economía del club no podemos competir contra esos equipos. Nosotros estamos encantados con que vayan a hacer pruebas con otros equipos. Si no podemos darle una continuidad acorde a su nivel, si tienen que salir nosotros estaremos contentos por ellas. Nuestro objetivo como club es seguir trabajando para poder ofrecerles más recorrido dentro del club, pero sabemos que tenemos tope”.