La autora reconoce que ha sido "muy complicado" armar su nuevo título, que ella misma define como una "novela erótica sin ningún elemento mitificador"
Najat El Hachmi obtuvo en enero de 2008 el premio Ramon Llull con la novela "El último patriarca", y tres años más tarde, regresa con "La cazadora de cuerpos", un relato con el que pretende desmitificar "la experiencia del sexo por el sexo".
En una entrevista con Efe, la autora catalana de origen marroquí reconoce que ha sido "muy complicado" armar su nuevo título, que ella misma define como una "novela erótica sin ningún elemento mitificador, en la que los lectores conocerán experiencias bastante desoladoras".
Publicada por Planeta en castellano y por Columna en catalán, la obra está protagonizada por una joven que va de hombre en hombre "coleccionando sus cuerpos para huir del suyo propio" en un proceso de búsqueda interior que la llevará, al final, a descubrir el amor, a alguien que la querrá, la tratará como ella quiere ser tratada y que entenderá todas sus complejidades.
La escritora considera que tratar una cuestión como el sexo -con escenas en lavabos de trenes de cercanías, en un coche bajo un puente o en una discoteca- es difícil porque "adentrarse por ese terreno supone topar con muchos perjuicios y tabúes, cosas de las que habitualmente no se habla de forma abierta".
Además, no esconde que nadar en esas aguas siempre lleva a "exponerse". "Hubo muchos momentos en los que me pelee mucho con mi texto", explica.
Sin embargo, también sostiene que haberlo hecho, "haber ido hacia las profundidades" le ha sido muy útil como escritora, porque le ha permitido "tocar más de cerca la esencia humana", a la vez que ha tenido un componente de liberación. "Ahora -indica- tengo la sensación de que ya puedo tratar sobre cualquier personaje o historia en próximas novelas".
Respecto al hecho de que la historia de la protagonista derive del sexo hacia el amor, gracias a un escritor que conoce, Najat El Hachmi comenta que cuando se sentó delante del ordenador para crear la novela no pensaba que acabaría así.
"En las primeras páginas se narran varios encuentros que podrían parecer la panacea de la liberación sexual, pero luego lo que ocurre es que la protagonista acaba viendo que todo es mucho más simple que eso y que se trata de encontrar a alguien que te quiera", remata.
De todas maneras, hablar sobre el amor tampoco le ha resultado fácil porque cree que pertenece a una generación en la que se le ha reprimido "completamente la expresión del afecto del amor y lo que ha calado es que tratar sobre esta cuestión es algo cursi".
Respecto a si cree que será una obra que entenderán mejor las mujeres que los hombres, El Hachmi subraya que los miembros del género masculino "harían muy bien entrando en la historia para así desmitificar algunos tópicos sobre la sexualidad femenina, sobre lo que gusta o no gusta a las mujeres. Y para que dejen de pensar que la vida es una película pornográfica", apostilla.
Nacida en Nador (Marruecos) en julio de 1979 cuando su padre ya había emigrado a Vic (Barcelona) para trabajar allí, Najat El Hachmi llegó a Cataluña con ocho años y poco después, con once o doce, recuerda que ya soñaba con ser escritora.
En 2004 publicó "Jo també sóc catalana" (Yo también soy catalana) y cuatro años más tarde obtuvo el Ramon Llull con "El último patriarca", una obra que le surgió de una tirada, en la que se centraba en la figura de Momoun Driouch, un inmigrante marroquí que de albañil se convierte en un pequeño constructor en una capital de comarcas de Cataluña.