El colectivo Jerez por la vivienda llevó a cabo este domingo su primera acción pública con el despliegue de una pancarta reivindicativa sobre la fachada del edificio de apartamentos turísticos de plaza Esteve en la que podía leerse el lema “ni gente sin casa, ni casas sin gente”.
El movimiento asegura que surge para “hacer frente a la creciente mercantilización de la vivienda” tras convertirse en “objeto de especulación turística a expensas de sus habitantes”. Y junto a esa primera acción ya han empezado a compartir las primeras demandas “urgentes” para frenar esa especulación, dirigidas a las administraciones públicas, entre ellas el Ayuntamiento.
En este sentido, una de las primeras iniciativas se centra en reclamar una moratoria en la concesión de nuevas licencias para apartamentos y establecimientos turísticos, con el fin de “frenar la turistificación descontrolada que expulsa a los residentes de sus barrios”. La petición va más allá, ya que pretende que se liberen las 2.215 viviendas de uso turístico que han quedado fuera del mercado residencial.
El colectivo también propone que Jerez sea declarada zona tensionada, para conseguir una regulación que limite los precios del alquiler, y que se apliquen recargos fiscales a quienes mantengan viviendas vacías para incentivar que salgan al mercado los inmuebles desocupados y acabar con la “especulación” que mantiene viviendas sin uso “mientras hay personas que carecen de un hogar”.
Asimismo, insisten en la necesidad de crear un parque público de alquiler social mediante la rehabilitación de inmuebles vacíos y la ampliación de VPO en la ciudad.
Hacia un nuevo modelo de ciudad
El colectivo anuncia que se va a movilizar para “repensar el modelo de ciudad de manera radical, apostando por un Jerez sin desahucios, donde la vivienda esté al servicio del pueblo y donde el turismo no expulse a los vecinos, sino que conviva con ellos”. En este sentido, hace una invitación a la ciudadanía para “unirse en esta lucha”, que persigue “una ciudad habitable para sus habitantes”, frente a un mecanismo que está creando “poblaciones urbanas vulnerables”.
