La intención del teniente de alcaldesa de Servicios Públicos, Jaime Espinar, de trasladar al personal de calas y del mantenimiento del alumbrado al Ayuntamiento desde la empresa municipal Comujesa está generando dudas tanto en la oposición como en los propios trabajadores afectados.
Tanto es así que
Miguel Jiménez, representante de los trabajadores del servicio de mantenimiento del alumbrado público, cuestiona incluso la legalidad del procedimiento, del que apenas ha tenido noticias.
A Jiménez
le surgen “muchas dudas”, entre otras cosas porque
cree que la incorporación a la plantilla municipal carece de las “garantías” necesarias, entre otras cosas porque “tendría que hacerse de una forma reglada, como se hace en cualquier servicio público” y ello precisaría a su juicio de una convocatoria de plazas y de algún tipo de prueba o examen.
Al margen de ello están “las cuestiones económicas”, ya que
el convenio por el que se rige ahora la plantilla del mantenimiento del alumbrado público “no tiene nada que ver” con el propio del Ayuntamiento y habría que ver “cómo se equipara todo eso”.
El representante de los trabajadores
espera reunirse con Espinar para aclarar estas y “otras muchas incertidumbres”, sobre todo porque
no cree “que eso de entrar por la puerta de atrás pueda ser legal”.
Eso sin quitar que
la plantilla no está mal en Comujesa, que es una sociedad municipal “que se hizo además para absorber a los trabajadores de las empresas que estaban en problemas” y que fundamentalmente ha permitido municipalizar los servicios de transporte urbano, ayuda a domicilio o, sin ir más lejos, el mantenimiento del alumbrado público.
Tampoco se tiene claro qué persigue el Gobierno local con esta medida, dado que se está dejando entrever que la incorporación a la plantilla municipal de estos y otros trabajadores permitiría compensar las bajas por jubilación que se puedan producir en estos próximos años.
“No le vemos sentido a la posibilidad de realizar otras funciones porque ni siquiera tenemos personal para atender a nuestro propio servicio”, subraya Miguel Jiménez.
En este sentido, se advierte de que
en la plantilla actual apenas hay “seis electricistas” para garantizar el mantenimiento del alumbrado público de Jerez. “Deberíamos tener un mínimo de doce, pero se han producido bajas por jubilación que todavía no se han cubierto. De hecho, tenemos a cuatro electricistas pendientes de entrar”, apunta.
En esta situación de precariedad lleva ya el servicio “dos o tres años”, lo que implica que tenga trabajos atrasados “de más de un año”. “Nos tienen estresados, porque literalmente no damos abasto, y ahora se nos genera esta nueva incertidumbre. Queremos sentarnos a hablar y que nos cuenten con claridad lo que proponen y nos resuelvan todas las dudas”, concluye.