La Junta de Gobierno local aprobó este martes la ampliación del plazo de ejecución de la primera fase de las obras de rehabilitación del palacio de Riquelme, que como se sabe afecta a la fachada y las dos primeras crujías.
La ampliación del plazo había sido solicitada previamente por la empresa adjudicataria (EJOC 2004), que aseguró que
como “consecuencia de las obras” que se vienen ejecutando en la plaza del Mercado ha visto “ralentizada” la suya debido fundamentalmente a las
dificultades de “acceso de materiales y maquinaria imprescindible para la correcta ejecución de los trabajos”.
Así, en el documento que presentó ante el Ayuntamiento, la mercantil aseguró que “los trabajos de movimiento de tierras y cimentación” no pudieron iniciarse “hasta que terminó la actividad arqueológica”, esto es, “hasta la primera semana del mes de junio”, lo que afectó “a las tareas críticas del proyecto”.
Por otra parte, y más allá de la coincidencia con las obras de la plaza del Mercado,
la estructura de madera laminada que se colocará en las dos primeras crujías “ha sufrido retrasos en su fabricación y en su transporte debido a que estos materiales se fabrican en el norte de Europa”.
Con la ampliación del plazo en casi cuatro meses,
se fija el 11 de abril de 2025 como la nueva fecha límite de finalización de las obras.
La dirección facultativa ha acreditado que este retraso “se debe única y exclusivamente a las causas expuestas por la empresa constructora”, por lo que “no serán reclamables gastos generales o costes indirectos” motivados por esta circunstancia, considerándose por otra parte que la ampliación del plazo es conforme a derecho.
Los trabajos fueron adjudicados a la empresa EJOC 2004 por un importe de 725.500 euros (IVA incluido) y un plazo de diez meses. Las obras de la primera fase de rehabilitación del palacio de Riquelme están
financiadas por la Diputación Provincial de Cádiz y debían concluir antes del 31 de diciembre de 2024.
Esta primera fase permite
consolidar la estabilidad de los muros de la fachada mediante la inclusión de forjados y cubiertas donde antiguamente existían, con materiales y técnicas constructivas contemporáneas compatibles con las originales.
Se ha restaurado ya la fachada de piedra renacentista mediante su limpieza, consolidación y protección, incluyéndose la recuperación y adecuación de los huecos actualmente abiertos o tapiados con fábrica de ladrillo.
En paralelo
se ha trabajado también en la recuperación de las dos primeras crujías, lo que permitirá contar con un conjunto de espacios muy útiles para narrar el devenir histórico del edificio y explicar el contenido de las futuras actuaciones.
Además, el proyecto contempla la recuperación y rehabilitación de espacios del inmueble actualmente desaparecidos, manteniendo su configuración espacial original y proponiendo su uso como zonas de exposiciones del propio proceso de rehabilitación del edificio. Para ello es necesario dotarlo de instalaciones eléctricas, aseos o sistemas de protección contra incendios, entre otras cosas.