El 21 de marzo se celebra el Día Internacional de los Bosques, una iniciativa de la Organización de Naciones Unidas que tiene como objetivo llamar la atención sobre la importancia de estos ecosistemas. Desde la Delegación de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Jerez nos sumamos a esta celebración con la intención de poner el acento en el valor de nuestro medio natural y de concienciar sobre la necesidad de conservar los bosques de nuestro municipio.
En el imaginario colectivo, el paisaje del término municipal de Jerez de la Frontera lo componen magníficos viñedos, inmensos campos de secano o fértiles regadíos. Sin embargo, nuestro extenso municipio alberga también importantes masas arbóreas, que constituyen un patrimonio ecológico de gran valor, que desde aquí animamos a toda la ciudadanía a conocer, disfrutar y proteger.
Haciendo un recorrido por el municipio, al sureste, lindando con la provincia de Málaga, en la zona más escarpada y alejada de la ciudad, se encuentra el mayor bosque jerezano, formando parte de lo que muchos llaman la última selva europea: el Parque Natural Los Alcornocales.
De este importante espacio natural protegido, con cerca de 170.000 hectáreas y uno de los mayores del país, el 11,42 %, aproximadamente 19.000 hectáreas, forman parte del municipio jerezano, de las cuales algo más de 7.000 hectáreas constituyen los Montes de Propios de Jerez.
Como curiosidad, mencionar la Sierra de La Dehesilla, un trozo del territorio jerezano, cercano al Parque Natural Los Alcornocales, que se encuentra aislado del resto del término municipal y que también presenta una interesante cubierta vegetal.
Como testigos de los extensos bosques y dehesas que en la antigüedad poblaron nuestra campiña nos han quedado los llamados, por motivos obvios, bosques isla. Estas arboledas diversifican el paisaje y dan cobijo a especies animales y vegetales que, sin ellas, no podrían sobrevivir en un entorno donde predominan las explotaciones agrícolas. El número de estos bosques se acerca a la treintena y su superficie total ronda las 700 hectáreas.
De entre estos hay que resaltar, por el uso que de ellos hacen numerosos jerezanos y jerezanas, los parques periurbanos de La Suara y Las Aguilillas. Estos dos bosques isla de origen antrópico son un lugar magnífico para el esparcimiento o las prácticas deportivas.
Otra zona forestal producidas o modificadas por la mano humana es el Parque Periurbano de Santa Teresa. En este caso se trata de una antigua finca de recreo que con el paso del tiempo se ha ido naturalizando, en el que conviven tanto especies exóticas como autóctonas. Ubicado a unos cientos de metros de la ciudad es un espacio por el que merece la pena pasear.
Vertebrando todas nuestras masas boscosas se encuentra el río Guadalete con su bosque galería. Este bosque lineal conecta la sierra y la campiña actuando como corredor ecológico y permitiendo que animales y plantas puedan dispersarse.
Los bosques que cubren nuestros montes, dehesas y ríos están formados principalmente por alcornoques, quejigos, acebuches, algarrobos, encinas, alisos, fresnos, álamos y varias especies de pinos, acompañados de arbustos como madroños, lentiscos, durillos, labiérnagos, coscojas, brezos, jaras o tarajes. Estas y otras muchas especies que forman la comunidad vegetal de los bosques jerezanos, proveen de alimento y refugio a miles de especies animales.
Nuestros bosques nos ayudan a prevenir inundaciones, al disminuir la velocidad del agua, evitando así la erosión de los suelos y contribuyendo a su conservación. Además minimizan la colmatación de embalses, ríos, arroyos o lagunas evitando su desbordamiento y fertilizando los suelos con la aportación y captación de nutrientes, propiciando además la recarga de los acuíferos.
Los bosques nos proveen de numerosos productos y además, y tal como pone el foco la Asamblea de las Naciones Unidas para la celebración en 2025 de esta efeméride, juegan un papel primordial para la seguridad alimentaria, la nutrición y los medios de vida. No sólo nos proveen de diferentes tipos de alimentos, sino que prestan varios servicios fundamentales que contribuyen a nuestra seguridad alimentaria al brindar hogar a los polinizadores o contribuir al aumento de precipitaciones tan necesarias para las necesidades agrícolas.
Son espacios inmejorables para el esparcimiento, la educación ambiental, el turismo de naturaleza o algunas prácticas deportivas.
En un escenario de emergencia climática como en el que nos encontramos, los bosques cobran más importancia, si cabe, al actuar como sumideros de CO2, reduciendo las causas que la provocan y mitigando sus efectos ya que suavizan el clima aumentando la humedad ambiente y protegiendo el suelo de la insolación.
Disfrutemos de nuestros bosques de Jerez, y démosles el valor que tienen para nuestro medio ambiente, tanto a escala local como a escala global, ya que todos los bosques suman.
* Jaime Espinar, teniente de alcaldesa de Servicios Públicos y Medio Ambiente
