No todo en el fútbol español es bueno, no todos son Iniestas, Casillas, Xavis o Piqués
Parece que en España todo es crisis menos en el deporte; parece que el fútbol español es el mejor del mundo mundial, porque para eso tiene dos eurocopas consecutivas y un mundial de por medio, algo que jamás ha logrado nación, país o estado alguno. Parece que el fútbol es la cara amable de una crisis galopante, que se deja notar, y de qué manera, en este mes veraniego en las playas del litoral. Los llenos de años anteriores en poblaciones que tienen en el turismo del interior su modus vivendi brillan por su ausencia y un día entresemana cualquiera, a las dos de la tarde, puedes aparcar en primera línea de playa tranquilamente. Eso es un indicativo. El otro, que le pregunten a los dueños de los chiringuitos por cómo va julio, domingo incluido por cierto. Pero, retomando el pulso al fútbol..., la alegría de la consecución de los campeonatos a nivel de selección o el paseo casi militar, hasta que llegaron a semis, de Barcelona y Madrid o la Europa League con Atlético y Athletic frente a frente no es sino una buena fachada que esconde un interior lleno de podredumbre. Hasta cinco equipos de Segunda División B han perdido ya la categoría por no poder pagar a sus jugadores y los espacios libres salen a subasta pública por 190.000 euros cada uno. Equipos de Regional no pueden acceder a Tercera División por deudas antiguas y clubs históricos como la Asociación Deportiva Ceuta se debaten entre la vida y la muerte, jugando en la Tercera División claro. En Segunda División la alegría de los sueldos de antaño ha desaparecido de la faz y solo hay que echar un vistazo a la lista de altas y bajas o de entrenadores o los equipos en Ley Concursal. No todo en el fútbol español es bueno, no todos son Iniestas, Casillas, Xavis o Piqués. Hay muchos jugadores, como los del Lorca, que no tiene ni para salir del pueblo e irse a sus casas a pasar las vacaciones. Es la otra cara menos amable del fútbol, quizás la realidad del fútbol, ese que no sale por televisión, que no aparece en las portadas de los diarios deportivos, que ya tienen sus ventas aseguradas con Barça y Madrid. Esa es la otra realidad, la que menos gusta, pero la más auténtica.