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Campo de Gibraltar

Pensionistas con 600 euros y cuatro hijas en paro

La jubilación media de los gaditanos es de 1.069 euros al mes

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  • Pensionistas sentados en un parque. -

La pensión de los abuelos está suponiendo en muchos casos un respiro para muchas familias gaditanas, que ven cómo sus ingresos no llegan a final de mes. Así lo pone de manifiesto un estudio elaborado por la Unión Democrática de Pensionistas y Jubilados de España.

Según este informe, cuatro de cada diez personas mayores de 65 años contribuyen a mantener la economía doméstica.

Más de 422.000 hogares españoles –cerca del 3% del total– dependen de los pensionistas, según el Consejo Económico y Social, órgano consultivo del Gobierno. En el primer trimestre de 2012, la cifra creció un 21% con respecto a 2011.

En la provincia de Cádiz, había 68.530 jubilados registrados a fecha de 1 de agosto de 2012, según las cifras de la Seguridad Social, lo que quiere decir que más de 27.000 abuelos podrían sostener parcial o totalmente los gastos de sus familiares, gracias a una pensión que roza los 1.070 euros de media.

Cuando la pensión no llega
La situación se agrava cuando la pensión no llega ni tan si quiera a los mil euros y los hijos están en un pozo difícil de superar.

En el Campo de Gibraltar había a finales del mes de agosto 39.326 desempleados. Algunos de ellos no tienen ya derecho, ni tan siquiera, a la prestación.

El vecino de Algeciras Alberto Aguilar es pensionista y afirma cobrar unos 900 euros. Tiene dos hijas en situación de desempleo, una de ellas dedicada anteriormente al mundo farmacéutico. Reconoce que, pese a lo corta que le queda la pensión, tiene que realizar “ayudas puntuales” a ambas.

Aguilar trabajó durante muchos años en Alemania, en el sector de la construcción, y se lamenta de las dificultades que los jóvenes están encontrando hoy día para obtener un empleo.

En el caso de esta familia, como en otras, algunos de sus nietos, que han conseguido acceder ya al mundo laboral, echan también una mano a sus padres cuando pueden.

Antonio Moreno, que acude a diario al hogar del pensionista de la zona centro de Algeciras, tiene seis hijos. Uno de ellos, con 49 años, afortunadamente, “está bien. Tiene trabajo desde hace mucho tiempo y está estable, al igual que mi nieto, que trabaja en la misma empresa”. Sin embargo, el resto de sus vástagos no han tenido mucha suerte en el mundo laboral, y cuatro hijas suyas se encuentran actualmente en el paro.

La dificultad, para Antonio, es triple. Por un lado, cuenta con una pensión bastante baja, de tan sólo 600 euros. En segundo lugar, muchos de sus recursos económicos tienen que ir para el hijo que queda, de 47 años, con una discapacidad.

Por otro lado, están sus cuatro hijas que ahora no trabajan, a las que reconoce que no puede ayudar con dinero, pero a las que trata de invitar a comer con frecuencia, además de alguna ayuda puntual en materia escolar.

“Se han cambiado las tornas”, manifestaba este jubilado. “Ahora somos los viejos los que ayudamos a los hijos, e incluso a los nietos”.

Donde comen dos...
El estudio arroja otro dato curioso, y es que el 43% de los mayores de 65 años que apoyan a sus familias viven acompañados, una realidad que casa, al menos en parte, con el regreso obligado de muchos adultos al hogar de sus progenitores. La cifra de parados en el tramo de edad de entre 25 y 44 años, que alcanza a 92.908 gaditanos según el Ministerio de Empleo, permite hacerse una idea de la situación.

Con la crisis también hay menos jóvenes que ayudan económicamente a sus padres. Si en 2010 los mayores que habían recibido alguna cantidad de dinero representaban un 12,5% del total, en la actualidad son el 7,5%.

El informe de la Unión Democrática de Pensionistas y Jubilados de España atiende también al nivel de estudios, e indica que las personas mayores con mayor nivel formativo, es decir, con estudios al menos secundarios, son las más proclives a ser solidarios con sus descendientes (48,8%), mientras que los que tienen un nivel de formación inferior son más reacios a dar parte de su dinero (37,5%).

También influye la clase social a la que pertenezcan los abuelos, de manera que más de la mitad de las personas mayores de clase social alta, media-alta y media (52,5%) ayudan económicamente a sus familiares, mientras que este porcentaje baja al 37,9% si se atiende a personas de clase media-baja y baja.

En cualquier caso, lo que está claro es que, a menor nivel económico, es más difícil repartir lo poco que uno pueda tener, con lo cual se entiende esta última estadística.

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