El resultado de la asamblea de trabajadores de Lipasam sorprendía a propios y extraños: por aclamación se rechazaba la propuesta de la empresa, que había tardado ocho días en convocarlos para negociar, y provocaba tal aluvión de críticas e incomprensiones que hasta el propio comité de empresa volvía a reunirse por la tarde para convocar de nuevo a los trabajadores hoy, esta vez en cita vespertina, para “aclarar” la propuesta y abrir un “debate” constructivo. La negativa de la plantilla a desconvocar la huelga llevaba incluso al delegado de Urbanismo y Medio Ambiente, Maximiliano Vílchez, a anunciar que estudiará contratar a otra empresa para retirar las casi 7.000 toneladas de basuras de la calle y, de paso, considerar “deslegitimado” al comité de empresa para negociar.
El paso atrás o la rectificación que supone una nueva asamblea para esta tarde no hace más que sorprender más en un conflicto en el que los trabajadores habían llegado con ventaja a la negociación ante un gobierno municipal que había sido incapaz de acercar posturas con el comité, antes y durante la huelga. Las intensas reuniones parecían albergar esperanzas, serias para ambas partes, de que la jornada décima iba a ser la última sin camiones de basura en las calles, pero la actitud de los trabajadores en la asamblea, a grito pelado y rechazando lo que el comité intentaba explicar, dieron al traste con la esperanza de solucionar el conflicto y también con la ventaja de la plantilla.
Antes había sido el Ayuntamiento el que había tenido que dar el paso; ahora, como reconocía Vílchez tras conocer el resultado de la asamblea, es el comité de empresa quien debe mover ficha y “dirigirse a nosotros” para resolver esta situación. Eso sí, lo consideraba “deslegitimado” para ser su interlocutor tras la negativa de los trabajadores a aceptar lo que habían negociado sus representantes, aunque tras conocer la nueva asamblea de hoy, matizaba y confiaba en que “las aguas vuelvan a su cauce”.
Lo cierto es que los trabajadores tendrán la oportunidad de volver a debatir hoy esa misma propuesta. Según el representante de UGT en el comité, Fernando Castilla, “se va a elevar a la asamblea lo que hay hasta ahora encima de la mesa”, reconociendo un contacto fallido con el gobierno municipal para intentar modificar la propuesta.
Según Castilla, el “nerviosismo” y los efectos de las “humillaciones” a las que han sido sometidos los miembros de la plantilla habrían motivado el rechazo de los trabajadores a esta propuesta que, de hecho, apenas habría llegado a ser expuesta por el comité. En ese sentido, ha explicado que los líderes de la plantilla van a intentar “aclarar” sus términos, generar “debate” entre los trabajadores y solucionar cualquier “malentendido” que hubiese acontecido durante la primera asamblea. “Vamos a intentar apagar este fuego, ya que el Ayuntamiento no lo hace, para ver si es posible que la plantilla asuma la propuesta”, zanjaba Castilla.
La propuesta contemplaba un cómputo “semanal” de la ampliación de la jornada laboral a 37,5 horas semanales y una reducción del 5% en los “gastos de personal” mediante la eliminación de la bolsa de absentismo, la supresión de la compensación por exceso o defecto de horas anuales y una reducción directa del “3,6% en todos los conceptos salariales”. Igualmente, la propuesta contemplaba una “nueva bolsa de trabajo” para las contrataciones eventuales en función de los principios de “publicidad, igualdad, mérito y capacidad”, fijando para ello un baremo “público y oficial”.
En esta “bolsa de trabajo”, además del hecho de que no quieran que se les rebaje el sueldo como al resto de empleados públicos, era donde Vílchez ponía especial atención en sus críticas, al considerar que es “un coto cerrado” que ha recibido críticas incluso de “determinados sindicatos”, ya que la bolsa está integrada “mayoritariamente” por personas afiliadas a una organización sindical concreta.
La irrupción de una empresa externa
Sobre la contratación de una empresa externa para que comience a retirar las más de 6.700 toneladas de basura que se acumulan por toda la ciudad, Vílchez ha defendido que se trata de un recurso “previsto legalmente” cuando circunstancias como las vigentes afectan a “la salud pública”, negando que sea vulneración del derecho a la huelga.
La mala imagen, responsabilidad del comité
El delegado de Urbanismo y Medio Ambiente ha considerado que siente “vergüenza e indignación por la imagen” que la ciudad está proyectando al exterior a cuenta de este conflicto, pero ha recordado que la huelga ha sido promovida por el comité de empresa y ha atribuido a sus miembros la “responsabilidad” de este extremo.