La Delegación municipal de Urbanismo ha finalizado ya la redacción del Plan Especial de Desarrollo de Actividades de la Zona de Viñas, un “paragüas” que ofrecerá cobertura legal a la puesta en marcha de distintas iniciativas de carácter económico en la campiña sin necesidad de que sus promotores tramiten expedientes que actualmente consumen “entre ocho y nueve meses” de trabajo.

Una vez finalizada esta fase se está elaborando el correspondiente Informe de Estudio Ambiental, que debe obtener el refrendo de la Junta de Andalucía. Una vez que ello ocurra, el Gobierno local elevará a Pleno el documento. La intención es que este proceso pueda estar culminado a lo largo del próximo mes de septiembre.

La alcaldesa, María José García-Pelayo, explicó ayer que con la redacción de este plan el Ayuntamiento da un “paso histórico” para poner en valor la zona del viñedo del término municipal, resaltando que la administración “debe poner a disposición los instrumentos necesarios para potenciar el desarrollo económico de la campiña y a su vez conservar los valores patrimoniales y paisajísticos”.

Este proyecto define las actividades y usos que se pueden llevar a cabo en el territorio de viñas y agiliza su tramitación al contemplarlas y regularlas en un único documento, eliminando así la necesidad de elaborar proyectos de actuación específicos para cada actuación que ralentizarían los procedimientos.

El territorio de viñedos está catalogado en el PGOU en su mayor parte como suelo no urbanizable con especial protección-viñedos y tiene superficie aproximada de unas 9.000 hectáreas. “Es como un PGOU específico para el campo que permite poner en marcha iniciativas de desarrollo económico y a la vez, nos garantiza la protección del patrimonio existente”, explicó García-Pelayo.  El presidente del Consejo Regulador del Vino, Beltrán Domecq, destacó la importancia de esta iniciativa, que trata de poner en valor una superficie de viñedo “de una belleza paisajística única”.

 

Todo un abanico de posibilidades

El plan abre la puerta a la construcción de viviendas vinculadas a explotaciones del sector primario. De igual modo se contempla la construcción de bodegas e industrias vinculadas a los viñedos, ligadas a la producción de la propia finca. El tercer grupo de actividades se relacionan con la implantación, en edificios ya construidos, de equipamientos y usos recreativos vinculados al medio rural o natural, como son centros ecuestres, granjas escuela y equipamientos  sanitarios o educativos. Se contemplan por último actuaciones de rehabilitación de edificios para adaptarlos a ventas, restaurantes, mostos y pequeños establecimientos hoteleros.