“Descentrado” y “bajo un shock” que hasta el momento le ha impedido dar su versión de lo ocurrido, más allá de que la noche de los hechos diera aviso a la Policía Local y la dirección de su domicilio de la calle Garganta de Buitreras para que se desplazaran.
Así ha pasado las últimas 72 horas José Antonio C.A. el marido y presunto homicida de Raquel Barrera Gutiérrez, de 42 años, según apunta el que ha sido designado como su abogado, Alfredo Velloso. No obstante, él mismo todavía no ha podido hablar de los hechos con su patrocinado después de que éste “no haya podido declarar” ni en Comisaría ni en las dependencias judiciales. El letrado espera poder hacerlo esta semana en el centro penitenciario de El Puerto donde fue trasladado el lunes después de que el juez decretara su ingreso en prisión y así se lo hizo saber en ese momento.
Hasta ahora, ni los padres ni el hijo de 22 años de Raquel se han personado como acusación particular, y Velloso no descarta que al menos a corto plazo, esta acción se produzca, debido al estado de “conmoción” en el que se encuentran ambas familias, que siguen sin explicarse el fatal desenlace.
Mientras siguen las investigaciones, y se está a la espera de los resultados de las pruebas de orina y sangre practicadas al acusado, que esa noche salió con su esposa y otros amigos, desde el entorno de ambos mantienen que eran una pareja “normal” que llevaban “más de 20 años de matrimonio”, por lo que siguen sin entender el fatal desenlace. A priori, según apunta Velloso, la instrucción de este caso, que se juzgará por la ley del jurado al reunir todos los requisitos, se presenta rápida, y no se descarta que el juicio sea “en cuatro o cinco meses”. De hecho, el atestado del caso apenas pasa de cuatro folios, sin que en su contenido haya testimonios de testigos. Esto puede cambiar si los amigos que presuntamente estuvieron con la pareja esa noche acuden de motus propio al juzgado a aclarar si les observaron algún comportamiento extraño.