La Fiesta de la Bulería

Antiguamente se hablaba en las redacciones de los periódicos, en esas redacciones de trabajo nocturno, de ducados y vaso de whisky sobre la mesa, de olivettis y teléfonos fijos, de olor a tinta y a cartas sabatinas, de las serpientes de verano. Los veranos no generaban noticias y siempre algún avispado se inventaba algo que terminaba siendo la comidilla de la ciudad, aunque la noticia no tuviese ni un ápice de veracidad. Y eso parece ser que ha sucedido con la Fiesta de la Bulería. Como si en Jerez no hubiese ya problemas suficientes, la decisión municipal de sacar la Fiesta de la Bulería de su entorno habitual, el coso taurino de la calle Circo, y llevarlo hasta el Mamelón ha hecho que los periodistas hayan tenido unos últimos días del informativamente plano mes de agosto de lo más entretenido. Ha habido opiniones para todos los gustos, ha existido disparidad de criterios y ha habido gente que se ha mojado antes de ver lo que realmente va a suceder en la noche del próximo sábado. Benítez Manosalbas no quería entrar en polémicas cuando le cuestioné por el asunto y otros compañeros tampoco han querido cogerse excesivamente los dedos por aquello de que no se sabe cómo va a responder Jerez, cómo van a sentir aquellos que quieran ir a escuchar o cómo se lo van a pasar aquellos otros que solo vayan a disfrutar de una noche de verano con la copa en la mano y con el cante de fondo. Me preguntaba algún compañero, como si me estuviese esperando después de un largo mes alejado, o casi, de esta labor de juntar letras, que qué me parecía a mí la decisión después de que mis ojos hayan visto muchas fiestas de la Bulería. Y lo dije sinceramente. No me parece ni bien ni mal. Ya no me parecía bien lo que se estaba viendo en los últimos años en una Plaza de Toros cada vez con menos gente y, a priori, tampoco me parece bien lo del Mamelón. Lo que me parece es que a la Fiesta de la Bulería hay que darle el sitio que se merece, que hay que montar un espectáculo grande, con los mejores y al precio de venta de entradas también para los mejores y eso hay que llevarlo al mejor escenario que hay en Andalucía, como es el del Teatro Villamarta. He escrito.