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Una Alcaldía a la medida

Sobre esta medida y ante la intención manifestada por el Gobierno de seguir adelante con la reforma, ya le decimos que no va a tener el apoyo del PSOE, que no se va a sentar a debatir sobre esta propuesta-trampa

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Patrones, metro, alfileres… y una vestidura a medida. Los trajes  del pasado ya no sirven aunque la fisonomía corporal sea la misma y las promesas propias de quien una vez jugó a engañarse a si mismo mirándose en el espejo ya no valen, aunque los demás lo recuerden con nitidez. El traje de gala de un pacto oculto en 2003 ya no sirve y ahora, el miedo a las urnas y la más que previsible pérdida de votos al partido del recorte y de la crisis, les llevan a cambiar no de maniquí sino de telas, texturas y hasta de cánones de medida; porque “lo digo yo”. Ser Alcaldesa a cualquier precio es lo que cuenta hoy por hoy para el PP. Las minorías que se unen por la gobernabilidad, los pactos, tienen que ser cosa del pasado porque ahora no interesa a la derecha aunque una vez García-Pelayo fuera alcaldesa con 25.000 votos menos y siendo la tercera fuerza en número de votos. La determinación del Partido Popular cuando toca poder es la de que todo les pertenece, lo divino y lo humano, lo que les está llevando a plantear con soberbia, autoridad y en solitario que gobierne quien tenga aunque sea unos poquitos más de votos, rompiendo las más elementales reglas de los partidos democráticos. Claro que la miel no se hizo para la boca del asno, y la democracia al PP le viene grande como demuestra cada día: ni cree en ella, ni la respeta, ni la práctica. La reforma electoral que plantea el PP y Mariano Rajoy quiere cambiar la realidad de lo que sienten los jerezanos y jerezanas, donde se pretende que  la mayoría de los sufragios no tengan  voz en las próximas elecciones municipales de mayo de 2015 ante un gobierno, el actual, desastroso, nefasto y de verbena y pandereta. Ole, ole. Aunque la Sra.Pelayo quiere el sillón de la Alcaldía a toda costa, lo cierto es que su gestión y el desencanto de un electorado del que se ha burlado durante estos años con más y más mentiras; debería hacerle reflexionar como demócrata (que lo dudo) y oír a la ciudadanía en lugar de cuadrarse como hace siempre el PP ante la voz del alto mando cual desfile militar de esos que tanto les gusta. Sobre esta medida y ante la intención manifestada por el Gobierno de seguir adelante con la reforma, ya le decimos que no va a tener el apoyo del PSOE, que no se va a sentar a debatir sobre esta propuesta-trampa. ¿Por qué?. Porque no se puede dar ejemplo a la ciudadanía con estrategias basadas en la fullería como se dice por estos lugares, y de forma tan burda y chapucera cuando es sabido que las leyes electorales solo deben cambiarse por consenso, por acuerdo de muchas fuerzas políticas y con un amplio acuerdo. Les recordamos que las mayorías en democracia, de la que no ha aprendido nada el PP en estos 30 años de libertad, se construyen negociando, cediendo y compartiendo. Nos dotamos de un sistema proporcional para darle voz a las minorías y en el que no vamos a permitir la perpetuación de los alcaldes y alcaldesas de la derecha, aunque para ello pretendan pisotear la esencia misma de nuestro sistema que no exige cambios en este sentido. La pobreza, la exclusión o el desempleo en nuestra ciudad sí son las auténticas preocupaciones de nuestra sociedad, y a ellas debería dedicarse en lugar de pedalear, montar en moto,  inaugurar rotondas para congraciar a la verbigracia jerezana o privatizar lo imprivatizable. El azul-gaviota no es color divino, y en la tierra el poder lo ostentan los ciudadanos cada cuatro años, no el señor Rajoy por manifestación providencial caída del cielo.

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