El poeta Joaquín Fabrellas ha publicado 'República del aire', donde recoge poemas compuestos de un tiempo atrás hasta ahora mientras trabajaba en otros proyectos, en especial en el último, 'No hay nada que huya', presentando los poemas que caerían en saco roto, los poemas híbridos, los que nunca escribiría. “Con este poemario he jugado con esas otras voces que me componen como poeta pero que yo conscientemente rechazo cuando escribo”, dice.
En 'República del aire' pone en juego la multiplicidad de voces que le habitan como en realidad habitan a cualquier poeta que escoge unas y desarrolla otras en función de su experiencia sentimental, cultural o del simple cansancio estético.
Fabrellas asegura que la función secreta de la poesía es “desvelar las últimas verdades del mundo, al menos señalarlas porque la poesía no podrá solucionarlas, pero sí demostrarlas”.
'República del aire' surgió de un largo proceso de años y ha escogido aquellos poemas que cumpliesen esos objetivos. “Quería que este poemario fuese diferente y que sus poemas revelasen algunos de los males del mundo, como el desarrollo de un súper-ego que tiene como centro a un hombre que se define a sí mismo como un súper-consumidor, cuya felicidad está estipulada según lo que compra y lo que hace para conseguirlo”, afirma.
Algunos de los poemas de este libro hablan de “los espejos que deforman, que reflejan una realidad alienada, el precio que hay que pagar por vivir en este mundo irreal, los espejos que reflejan cuerpos que no quieren envejecer, que odian lo reflejado como la esencia que los contiene, en una especie de grito barroco que es el mundo actual”.