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Dos españoles entre el pasaje del avión de Air France desaparecido

Una mujer catalana y un ingeniero sevillano figuran entre las víctimas de la catástrofe aérea registrada la madrugada del domingo al lunes al desaparecer de los radares un avión de Air France que cubría la ruta Río de Janeiro-París con 228 personas a bordo.

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  • Familiares de pasajeros del vuelo de Air France desaparecido llegan al aeropuerto parisino de Charles De Gaulle. -
Una mujer catalana y un ingeniero sevillano figuran entre las víctimas de la catástrofe aérea registrada la madrugada del domingo al lunes al desaparecer de los radares un avión de Air France que cubría la ruta Río de Janeiro-París, según informó TV3. 

El Ministerio de Asuntos Exteriores confirmó ayer que en el avión de Air France desaparecido viajaban dos españoles, un hombre, que sería el ingeniero sevillano Andrés Suárez, de 38 años, y una mujer, informaron a Efe fuentes de este departamento. 

Exteriores no dio ningún dato sobre la identidad de la mujer, aunque confirmó que era una de las 228 personas que iban a bordo del Airbus A330-200 a partir de las informaciones de la compañía aérea, según las fuentes.

La catástrofe 

Francia busca desde primera hora de ayer el avión de la compañía Air France que cubría la ruta Río de Janeiro-París y que desapareció por la madrugada, al parecer en medio de una tormenta que le hizo caer al océano Atlántico. 

Un total de 228 personas, entre pasajeros y tripulación, viajaban en el vuelo AF447 de la compañía francesa, que, de confirmarse, ha sufrido el accidente más grave de su historia en circunstancias aún desconocidas. 

El avión debía haber llegado al aeropuerto parisino de Roissy-Charles de Gaulle pasadas las 11 de la mañana hora local (09.00 GMT), pero desde hacía varias horas se había perdido el contacto con el aparato. 

Según la lista ofrecida por Air France y elaborada “sobre la base de las informaciones suministradas por las autoridades brasileñas”, de los pasajeros del Airbus A330-200 desaparecido, la mayoría, un total de 61, eran de nacionalidad francesa. 

Además, viajaban 58 brasileños, 26 alemanes, 9 chinos, 9 italianos, 5 británicos, 6 suizos, 5 libaneses, 4 húngaros, 3 eslovacos, 3 noruegos, 3 irlandeses, 2 estadounidenses, 2 españoles, 2 marroquíes y 2 polacos. 

Había, además, un ciudadano de cada uno de los siguientes países: Sudáfrica, Argentina, Austria, Bélgica, Canadá, Croacia, Dinamarca, Islandia, Estonia, Gambia, Holanda, Filipinas, Rumanía, Rusia, Suecia y Turquía. 

Aunque las circunstancias de la desaparición del aparato no están confirmadas, Air France hizo un relato de las horas siguientes a su despegue del aeropuerto de Río de Janeiro (a las 19.00 hora de Brasil, 22.00 GMT) en el que se comprueba que el aparato atravesó una zona de tormentas y turbulencias fuertes que pudieron afectar a sus circuitos eléctricos. 

El avión perdió el contacto con los controladores aéreos de Brasil y ni los de Senegal ni los de España y luego los de Francia –países desde los que se debería haber seguido la ruta del aparato– pudieron restablecer la comunicación con él. 

En el aeropuerto parisino se creó desde primeras horas de ayer una célula especial de crisis para asistir a los familiares de los pasajeros y allí acudieron responsables de la compañía y del Gobierno y el Estado francés, como el propio presidente galo, Nicolas Sarkozy. 

Expertos en control aéreo explicaron, impotentes, a los medios de comunicación franceses durante la jornada que la zona donde desapareció el avión es conocida por las inclemencias meteorológicas que los aparatos comerciales han de superar, pero que los pilotos están habituados a esas condiciones. 

La empresa había admitido varias horas antes que efectivamente consideraba la desaparición del avión como una “catástrofe”, aun sin poder precisar si fue un rayo –como dijo un portavoz de Air France– o alguna otra circunstancia las que hicieron perder el rastro del avión. 

Según el presidente francés, que estaba acompañado de varios ministros de su gabinete en el aeropuerto parisino, “creemos que el avión estaba a unos 400 kilómetros de Brasil”. 

Sarkozy aseguró que las autoridades y los responsables de Air France trabajan para aclarar lo sucedido.

Momentos dolorosos 

El aeropuerto internacional Tom Jobim de Río de Janeiro vivió ayer un día de intenso dolor con la llegada de los familiares de los pasajeros del Airbus desaparecido. 

La terminal 1 del aeropuerto se convirtió desde primera hora de la mañana en un ir y venir de caras desencajadas por las lágrimas de los familiares y amigos de algunos de los 228 pasajeros y tripulantes que volaban en la aeronave de Air France siniestrada. 

Pero entre tanto dolor, también hubo espacio para la esperanza de aquellos que alertados por la noticia de la desaparición del avión se acercaron al aeropuerto para confirmar que sus seres queridos no se encontraban en el vuelo accidentado. Es el caso de Gustavo Ciriaco que tenía que haber cogido el vuelo siniestrado, pero a última hora cambió el billete. 

“Yo sabía que mi hermano tenía que tomar ese vuelo a París pero no sabía exactamente el horario, y entonces comenzó la desesperación”, explicó un familiar.

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