La sala Berlanga de Madrid acogió el pasado martes la entrega del premio del VIII Concurso de Cortos RNE a Alejandro Lobo por su trabajo Pura, elegido entre las 116 propuestas originales y de temática libre recibidas por la radio pública en esta edición del certamen. Pura es el biopic de una señora que se ha pasado la vida limpiando la sangre de los demás de manera anónima hasta hoy. El jurado que lo ha escogido como ganador del concurso estuvo compuesto por Paco Cabezas, director y guionista; Candela Serrat, actriz; Xosé Luis García Canido, director general de la Fundación Autor de la SGAE; Pilar García Elegido, directora de la Semana del Cortometraje de la Comunidad de Madrid, y Yolanda Flores, directora del programa De película de RNE. Y Alejandro Lobo es un sevillano que, cada mañana, coge el tren para venir a Jerez a trabajar. Por la mañana es oficinista en Jerez y por la tarde cineasta, aunque no es una palabreja que le agrade, en su Sevilla natal.
¿Cómo nació Pura?
—Pues a raíz de un concurso convocado por una comunidad creativa de Sevilla, Cuenta 3, donde se pide que se presenten unos guiones con una serie de limitaciones como una duración no mayor de tres minutos, no más de tres personajes y no más de tres espacios. A partir de ahí pensamos en una historia peculiar , simpática y muy concentrada, es decir que se pudiesen contar muchas cosas en tan solo tres minutos. Es un tema que sigue vigente en nuestros días y que estuvo de plena actualidad en la época de nuestros abuelos y pensamos en una abuela que tuvo que emigrar por unas circunstancias muy particulares.
Ese es el argumento y ¿la protagonista?
—Hicimos varios castings en distintos municipios de Sevilla y de Cádiz. Dentro de Cuenta 3 conocimos, cuando nos seleccionaron el guión como uno de los tres finalistas, a una integrante de la Comunidad que era de Prado del Rey y tuvimos claro que una de las pruebas las íbamos a realizar en ese bello pueblo de la serranía gaditana. María, la actriz que interpreta a Pura, fue una de las que se presentaron y es una mujer, a sus 81 ó 82 años, que se embarca en cualquier aventura, que hace talleres de teatro con obras de los Alvarez Quintero, que se apunta a un coro de campanilleros y que está llena de vida y de ilusión.
Comienza la acción y qué querías demostrar.
— Un corto, como formato, es algo que te permite por una parte experimentar y por otra aprender. Experimentar porque no deja de ser un producto audiovisual bastante más económico que el rodaje de una película y aprender porque de cada trabajo vas aprendiendo cosas diferentes, en este corto quería probar con un formato diferente a lo que había hecho hasta ahora. Siempre había hecho cortos de 15 minutos y quería concentrar una historia en una duración muy cortita y con un lenguaje narrativo audiovisual diferente. Con Pura solo buscaba contar una historia entretenida y, en cualquier caso, demostrarme que era capaz de hacer algo nuevo.
Algo nuevo que te ha llevado al éxito. ¿Lo esperabas?
—Para nada. Generalmente uno nunca termina de estar al cien por cien satisfecho con el producto, sobre todo, como es el caso, si los que dirigimos somos lo mismos que hemos escrito el guión ya que, desde que tienes la historia en la cabeza hasta que las vas materializando, evoluciona mucho. En mis cortos anteriores nunca estuve al cien por cien contento con el resultado pero, sin embargo, con Pura era el primer corto que yo veía que era muy fiel a la idea que tenía cuando escribí el guión en papel. Lo veía con chispa y muy directo que era lo que pretendía.
La pretensión será hacer el primer largometraje, tu ópera prima. ¿Sueñas con ella?
—Siempre. Sueño especialmente con dedicarme a esto, vivir de esto. Todos los jóvenes que hemos estudiado y hemos trabajado en producciones audiovisuales tenemos ahí ese proyecto de largometraje en la recámara por si alguna vez suena la flauta y alguna productora o alguien se interese por ello y se pueda tirar hacia adelante.
¿Es tan complicado este mundo del cine como se ve desde fuera?
—Hay muchos factores. Por cuestiones de precio quien no se dedica a esto no es consciente del coste que tiene y de la cantidad de personas que trabajan en una producción. Estás viendo Pura, que dura 3 minutos, pero detrás está el trabajo de unas veinte personas. En los cortos casi nadie cobra, porque lo hacemos por currículum y por aprender. Su tuviésemos que pagarle a esos veinte profesionales sería imposible. Es un sector caro y es un producto que a la hora de venderlo también lo es. Una persona se gasta 8 euros en una entrada del cine y luego está el refresco, las palomitas y si va acompañada más dinero. Es una actividad cultural cara y más cuando la piratería te está ofreciendo en bandeja lo mismo y sin tener que pagar.
Esperemos que llegue esa ópera prima pero vamos a quedarnos, por ahora, con Pura...
—La estrenamos en el Festival de Cine Europeo de Sevilla porque tuvimos la suerte de poderla presentar, ya que la seleccionaron y aprovechamos para que fuese nuestra plataforma de arranque. Eso fue en octubre y luego la hemos distribuido a través de unas una de las productoras más importantes de cortos y largometrajes y se ha visto en muchos festivales y está gustando bastante. Una de las cosas que más me sorprende es que siendo una historia sobre una abuela andaluza, con un lenguaje muy nuestro, la están seleccionando más festivales de fuera que de Andalucía, cuando yo pensaba que podía ser una historia muy nuestra, pero se ha visto en Madrid, Barcelona, Alicante. ..
Oficialmente es tu tercer corto, aunque tienes por ahí un cuarto putativo ...
—Comencé prácticamente cuando finalicé en 2002 la carrera de Comunicación Audiovisual en la Universidad de Sevilla y cuando disponía de un poquito de dinero, porque aquí no hay subvenciones a no ser que tengas el respaldo de una gran productora, me iba embarcando en proyectos.
Compaginar oficina y cine debe ser cansado.
—Sí lo es. Ponerte por la mañana el mono de oficinista aquí en Jerez y por la tarde el del cine es complejo. Un socio, Rafael Melgar, y yo hemos montado una pequeña empresa de producción, 35 Lobitos, con la que intentamos dar un poco de cobertura a estas autoproducciones. Me levanto temprano para venir a la oficina a Jerez y por la tarde cambio el chip y me pongo como creativo.
¿Qué vas a crear después de Pura?
—Tengo un par de proyectos. Estamos produciendo un corto, en el que únicamente hacemos la producción, que se va a rodar en octubre a las órdenes de Bruno Ortiz, que tiene muchos trabajos especialmente en Alemania, y una vez que terminemos esa producción nos pondremos a preparar el corto que tenemos la obligación de hacer con el premio que nos han dado en RNE. Tengo pensado hacerlo en un género diferente. Tengo muchas ganas de hacer un thriller. He hecho drama un cuento de Navidad infantil, comedia y ahora en una policíaca que debe estrenarse el año próximo, según las condiciones del premio.
¿El futuro como lo ves?
—Quiero vivir este momento que es muy especial y bonito con el éxito de Pura. El futuro no está escrito. Me quedo que en 2016 he tenido el corto premiado con una autoproducción y eso lo valoro, en estos instantes, más que lo que el futuro le pueda deparar a Alejandro Lobo .
¿A quién le dedicas el premio?
—A mucha gente. Se lo quisiese dedicar a María, la protagonista, y a Juan Valderrama que hizo las gestiones para que un tema como El Emigrante pudiese sonar en la película. Y siempre a la gente que ayuda y apoya. Familia, amigos, la gente que ha trabajado...a mucha gente.