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Aula Gerión concede sus VI Premios a la Conservación del Patrimonio

Bodegas Barón, la Caridad y la Consejería de Empleo, entre los galardonados

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  • De izquierda a derecha: Tomás Terry, Milagrosa Agea de Bustillo, Manuel Toribio, María Dolores Marcote, Adrián Estrada y José Rodríguez Jiménez.

La asociación Aula Gerión entregó sus VI Premios a la Conservación del Patrimonio Histórico de Sanlúcar y manifestó su voluntad por seguir trabajando en defensa del legado cultural sanluqueño. La Bodega Pedro Romero acogió un acto en el que se dieron cita un centenar de personas, entre premiados, miembros de la asociación e invitados. La ponencia que abrió la entrega de premios corrió a cargo del historiador Manuel Toribio, quién alertó sobre la “ruptura irremediable del patrimonio histórico de Sanlúcar. En los últimos diez años se han perdido más de veinte edificios de interés cultural”.

El reconocimiento en la categoría de ‘Rehabilitación de Imuebles Tradicionales’ fue para Pilar Gónzalez de Gregorio y Álvarez de Toledo, por su casa en la calle Fariñas datada en el siglo XVII. El premio fue recogido por su hijo, Tomás Terry, quien leyó unas palabras de agradecimiento en nombre de su madre hacia la asociación “que defiende una estética que nos quieren quitar”.


VOLUNTAD POLÍTICA


En el apartado de ‘Rehabilitación de inmuebles para otros usos distintos al original’ se premió a la Consejería de Empleo de la Junta de Andalucía por la antigua casa dieciochesca de Manuel de Argüeso y Lucio, actual Centro de Empleo de la ciudad. “Aquí se demuestra que la administración sabe restaurar cuando existe voluntad política”, señalaron desde Aula Gerión. El premio fue recogido por María Dolores Marcote, jefa de área, en ausencia del delegado provincial.

En la categoría de ‘Conservación de inmuebles a lo largo del tiempo’ se premió a la casa- bodega Gil de Ledesma (siglo XVIII). Milagrosa Agea de Bustillo se encargó de recoger el galardón y realizó un llamamiento “porque se siga conservando el patrimonio de Sanlúcar”.


CONSERVAR SANLÚCAR


En cuanto a la ‘Conservación y rehabilitación de arquitectura industrial y locales tradicionales’, el reconocimiento recayó en el conjunto Bodegas Barón (siglos XVII al XIX), cuyo propietario, José Rodríguez Jiménez, expresó que “mi voluntad siempre ha sido conservar lo mejor posible la viña y la bodega, algo que pertenece a la propia Sanlúcar”.

Finalmente, en el apartado de ‘Conservación y rehabilitación de bienes de carácter religioso’ el premio 2009 ha sido para la restauración de la iglesia de Nuestra Señora de los Desamparados -siglo XVIII-, llevada a cabo por la Hermandad de la Caridad, que además ha sido declarada Bien de Interés Cultural. Su hermano mayor, Adrián Estrada, agradeció “la colaboración del Ayuntamiento en la restauración de la fachada principal de la iglesia”.

Como paso previo a la entrega de galardones, se escuchó la ponencia de Manuel Toribio, historiador y director del IES Santa Catalina de Córdoba, además de uno de los fundadores y antiguo presidente del Aula Gerión, Manuel Toribio recordó los inicios de este colectivo como “una asociación nacida con vocación cultural en todos los sentidos, que ante la destrucción del patrimonio que comenzó a padecer Sanlúcar, se centró en la defensa a ultranza del mismo


'MUY DOLOROSO'


“Necesitamos esos trozos de nuestra vida que son el patrimonio histórico. Y es muy doloroso lo que está sucediendo aquí. Sanlúcar se está rompiendo. Su patrimonio histórico se está rompiendo irremediablemente”.
Manuel Toribio denunció que “en los últimos diez años han desaparecido más de veinte edificios de interés cultural como bodegas emblemáticas de la arquitectura industrial. El patrimonio eclesiástico si se ha salvado en su mayor parte. En algunas cosas se ha acertado y en otras no porque han primado los intereses economicistas o la modernidad mal entendida sobre otros de interés cultural”. “Durante muchos años el afán de lucro y la especulación han minado los edificios más auténticos y genuinos. Ahora, con la crisis y el pinchazo de la burbuja inmobiliaria, tampoco podemos bajar la guardia”, añadió el historiador.

En cuanto a la asociación, Toribio la calificó de “reputada y temida por algunos” y elogió la “limpia trayectoria de la que hay que sentirse orgulloso, aunque a veces den ganas de dejarlo todo”. El que fuera presidente de Aula Gerión destacó la campaña en defensa de la casa Arizón “la más controvertida por su triste desenlace” y alertó acerca de “la amenaza que se cierne sobre el mercado de abastos dieciochesco, cuya rehabilitación debe conservar su esencia original”. Pero, a su juicio “si tuviéramos una democracia de mayor calidad con una participación ciudadana admitida, otro gallo nos cantaría”. A la sazón, afirmó que “si conseguimos implicar a la juventud en esta causa tendremos mejores perspectivas. Hay que tomar conciencia de que la defensa de nuestro patrimonio no es un capricho de eruditos, sino que está en peligro el futuro de Sanlúcar y el conjunto de características que la hacen diferente”.


"PESE A LAS MENTIRAS Y LAS TRAICIONES SEGUIREMOS DEFENDIENDO LA CAUSA"


Ana Gómez, presidenta del Aula Gerión, aseguró que “pese a las mentiras, las traiciones, las falsas promesas, las licencias de dudosa legalidad, ect; desde este colectivo seguiremos defendiendo el patrimonio histórico de Sanlúcar y denunciando las injusticias en todos los foros posibles, en los juzgados, en los medios de comunicación y donde haga falta”. Gómez realizó varias apreciaciones númericas sobre el impacto que el turismo supone en la economía de España “un país que es el segundo destino turístico del mundo, con una aportación al Producto Interior Bruto de 6.000.000.000 de euros anuales”.

En este sentido, la presidenta del colectivo cultural, se preguntó “¿qué es lo que viene buscando el turismo cuando visita Granada, Córdoba o Málaga? ¿y cuando visita Sanlúcar? ¿ciudades uniformizadas con una arquitectura moderna mal entendida?” Así, Ana Gómez puso el acento en la importancia que para el desarrollo y mantenimiento del turismo en Andalucía tiene el patrimonio histórico de las ciudades, apuntando la conveniencia que desde el punto de vista económico, tiene para las administraciones la conservación del mismo y la contradicción en que éstas incurren cuando no lo defienden.


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