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De la churrería de toda la vida, a un foco de infección

La AVV Barrio de La Plata denuncia el mal estado del antiguo puesto de churros; tras dos años de su cierre, el kiosko está destrozado y lleno de basura

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  • Restos de basura en el interior del puesto. -

“Los churros de Paco Bonilla eran los mejores de Jerez. Había unas colas enormes. Qué pena que el puesto haya terminado así”. En el tono de Antonio Ramos, presidente de vecinos de la asociación de vecinos Barrio de La Plata, hay una mezcla de nostalgia e indignación. Y no es para menos. Hace poco más de dos años, la jubilación de Paco ponía fin a un negocio familiar que hace 70 años pusieron en marcha sus padres. El cierre dejaba a los vecinos y a muchos jerezanos un poco huérfanos, pero con lo que no contaban es con que iban a ser testigos del deterioro de esta infraestructura, propiedad de Urbanismo. De ser un referente, ha pasado a convertirse en un foco de infección y de insalubridad por su abandono.

“Él (por Paco Bonilla) hizo todo lo que tenía que hacer, fue a Sevillana y dio de baja el contador, hizo lo mismo con el agua y entregó las llaves al Ayuntamiento”, señala Ramos. No ha ocurrido lo mismo por parte del propietario y ahora el mítico kiosco se ha convertido en un “estercolero”  donde por llevarse han arrasado hasta con los azulejos. “La gente empezó a meterse y se ha llevado puertas, ventanas, los bidones de petróleo... las tuberías”, denuncia, sin contar con los trapicheos de droga que hay en su interior y la basura que se acumula. “Está dejado de la mano de Dios. Es un foco de insalubridad, basura, drogas, bichos y un peligro para los niños y no tan niños del barrio. Y no podemos olvidar que está al lado del mercadillo que se monta cada jueves”, lamentan desde la asociación a la espera de que Urbanismo tome cartas en el asunto y proceda a su demolición.

Lo han hecho después de haber contactado previamente con el encargado de Mercado, desde donde le dijeron que había un proceso de solicitud en marcha por si alguien estaba interesado en hacerse cargo. Así lo asegura Ramos, que todavía no se lo explica. “¡Quién va a querer llevar eso si está destruido por dentro y por fuera!”, manifiesta.

Urbanismo no da plazo para tirarlo

 Desde Urbanismo tras los dos escritos remitidos por el colectivo vecinal no dan plazo para la demolición y aseguran que el asunto está “en la cola de trabajo” y que insistirán para actuar “lo antes posible”. 

 

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