“Los cuerpos sin vida de los activistas fueron encontrados con varios impactos de bala en el maletero de su coche cerca de un sanatorio en la localidad de Chernorieche”, señaló un portavoz de la policía chechena, según las agencias rusas.
El asesinato de la directora de la ONG juvenil Spasiom Pokolenie (Salvemos la generación), Zarema Saiduláyeva, y su marido, Alik Zhabraílov, fue confirmado por la organización de derechos humanos Memorial, cuya activista Natalia Estemírova también fue asesinada el pasado 15 de julio en el Cáucaso.
La Fiscalía General rusa ha enviado a la zona al jefe del comité de investigación, Alexandr Bastrikin, para esclarecer los sucedido. “Es un crimen monstruoso”, señaló Tatiana Lóxina de la organización Human Rights Watch.
Los activistas, cuya organización ofrecía ayuda médica y psicológica a los menores de edad víctimas de la guerra y la violencia en Chechenia, fueron secuestrados el lunes en la oficina de su ONG en la capital chechena, Grozni.
En otro orden de cosas, el presidente de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa (APCE), el español Lluís María Puig, condenó ayer la situación “insostenible” de los defensores de los derechos humanos en Chechenia y en toda la región norte del Cáucaso.
“La amenaza que pesa sobre estos militantes no puede ser tolerada en un Estado miembro del Consejo de Europa”, indica la APCE.
