El incendio registrado en la madrugada del pasado lunes en la Urbanización El Acebuchal, ubicada en la calle Misioneras Concepcionistas, podría tratarse de una venganza perpetrada contra un agente del Cuerpo Nacional de Policía.
Al parecer, se podrían haber encontrado indicios suficientes que demuestran que el fuego no se originó de manera fortuita en el aparcamiento, sino que fue previamente planificado y posteriormente llevado a la práctica.
La intencionalidad del suceso se basa en que la motocicleta que quedó calcinada así como el vehículo más afectado por las llamas eran propiedad de un mismo agente de Policía.
De esta forma, según se especula, el incendio que pudo causar una tragedia si se hubiese propagado a otros vehículos cercanos pudo deberse a alguna actuación anterior realizada por el agente en el ejercicio de sus funciones.
Desalojo
El fuego se originó a las 5.00 horas de la madrugada del lunes, lo que aviva aún más esta tesis ya que el trasiego a esa hora en el garaje pasaría por ser prácticamente nulo, factor que podría haber buscado el delincuente.
En la jornada de ayer, si bien la Policía Científica no ofreció más datos sobre la posible autoría, sí que dejó entrever a los vecinos que el suceso había sido provocado, aparcando así una improbable combustión espontánea de una motocicleta que no se utilizaba desde hacía una semana.
Una moto tipo scooter que quedó totalmente incinerada y que dio origen a una densa neblina que percibieron los propietarios de los pisos más bajos.
En este sentido, cabe indicar que los vecinos protagonizaron un desalojo bastante rápido tras avisarse unos a otros de que un fuego se había declarado en el sótano del garaje.
En total fueron unas 30 familias, niños incluidos según testigos presenciales, las que tuvieron que abandonar sus hogares con prácticamente lo puesto.
En cualquier caso la suerte se alió con los vecinos ya que las llamas lograron romper una tubería con aguas fecales colocada en la parte del techo justo encima de la moto. Esto provocó la caída de agua que pudo reducir el volumen del fuego. De hecho, si las llamas hubiesen logrado propagarse a otra zona del aparcamiento, pocos vehículos de la decena que permanecían aparcados no se hubieran visto afectados.