La escritora Ellen G. nació un oscuro día de invierno en Amsterdam, cuando una joven funcionaria holandesa llamada Ellen Gerretzen decidió dejarlo todo para perseguir su sueño de dedicarse a la escritura.
Más de treinta años después de haber encontrado en Sanlúcar uno de sus lugares en el mundo, Ellen Gerretzen, de la mano de Librería Fórum a través de Juan Alcón y del profesor Clemente Caballero de las Olivas, presentaba su penúltimo libro, por fin traducido al castellano, “Manzanilla”, una novela negra ambientada en Sanlúcar de Barrameda,ciudad a la que traslada en esta ocasión a su ya clásico personaje, el detective internacional Wolfgang, para investigar una trama relacionada con el narcotráfico y la corrupción, un cáncer que devora a la vieja ciudad andaluza.
Este es su quinto libro, con los que ha alcanzado un gran reconocimiento en su país natal, de los que sólo dos se han traducido a nuestro idioma. Ellen Gerretzen es la última de una larga tradición de viajeros centroeuropeos fascinados por Sanlúcar de Barrameda que han querido dejar constancia de esa fascinación a través de sus creaciones literarias. Del mismo modo que sus predecesores, que ayudaron a dar forma a la imagen internacional de la que aún goza nuestra ciudad, también la holandesa Ellen Gerretzen escribió su libro en su idiomanatal y lo publicó en su país de origen,sin que aquí se hubiese llegado a conocer jamás, como ocurrió con la obra de la mayoría de ellos, si no hubiese sido por su propio empeño en traducirlo y en publicarlo. Si Cecilia Böhl de Faber (auténtico nombre de nuestro castizo escritor Fernán Caballero) describía a mediados del siglo XIX en su cuadro costumbrista “Dicha y Suerte” (recientemente rescatado por Fórum Libros) una Sanlúcar cercana al paraíso terrenal, incluso a pesar de las injustas diferencias sociales que describía; si el alemán Hans Krüger-Welfa principios del siglo XX, en la novela expresionista “La Bruja de Sanlúcar”, recientemente descubierta, declaraba su embriaguez ante la belleza de la naturaleza de Sanlúcar mientras criticaba magistralmente el clasismo y el racismo que subyacía bajo la apariencia alegre y abierta de la sociedad sanluqueña; Ellen Gerretzen utiliza el género policíaco más actual para describir a Sanlúcar como un paraíso situado en el fin del mundo, un lugar a donde nadie está de paso y en el que nada es lo que parece.
Tras la magistral presentación de Clemente Caballero de las Olivas, Ellen Gerretzen explicó su proceso de creación, la importancia que para ella tiene la calle y los bares como lugares de conocimiento de la auténtica realidad social; confesó su amor por Sanlúcar desde que la descubriera en 1985 y desplegó un profundo conocimiento de la Manzanilla y sus santuarios. Al final, quiso dedicar un emotivo recuerdo a su marido, Santiago, al que está dedicado el libro y que nunca pudo verlo publicado. Y todo ello en el incomparable marco de Bodegas Argüeso, en la calle Mar.