Manuel Vázquez, orgullo y ejemplo de ser campero

Publicado: 28/09/2019
El mundo del campo homenajea a quien fuera presidente de Asaja Cádiz durante 16 años decisivos en el posicionamiento de agricultores y ganaderos de la provincia
La palabra “campero” está muy presente a lo largo de todo el acto, aunque el sentido del que está dotada va mucho más allá de la escueta definición que aparece registrada en el diccionario de la RAE: “Perteneciente o relativo al campo”. Dicho así suena hasta irrelevante. Y en este caso no lo es. Quienes la pronuncian, en su mayoría, pertenecen al campo, sí, pero hablan de mucho más; hablan del orgullo de serlo, del sacrificio de serlo, de la satisfacción de serlo, del ejemplo de serlo. Comparten la experiencia, la herencia, el vínculo, y, sobre todo, lo tienen presente cuando miran la persona en torno a la cual se han reunido en el día de hoy: Manuel Vázquez Gavira. Hace tres años propició su relevo al frente de Asaja Cádiz, y el mundo del campo había dejado pendiente un homenaje que sirviera de reconocimiento a su trayectoria durante los 16 años que estuvo como presidente de la organización agraria, y, más especialmente, por los logros durante todo ese periodo. Un homenaje que se consumó este viernes en las Bodegas González Byass, y con la presencia de unas trescientas personas, en su mayoría “camperos” de toda la provincia, así como autoridades, empresarios y amigos.

Quienes conocen a Manuel Vázquez advierten que no hay en él ni falsa modestia ni falsa humildad. Cuando este viernes se refería al “inmerecido” homenaje, lo expresaba desde una sinceridad sin titubeos: “Lo que he hecho en 16 años era cumplir con mi deber, ser leal a las personas y a las siglas, y ser honesto con mis principios y los de mi organización, y mantener esa lealtad a nivel andaluz y nacional. Los homenajes me encanta compartirlos con vosotros, pero es inmerecido, porque hemos hecho lo que teníamos que hacer en cada momento”.

La cuestión es que lo que hizo en todos esos años, además, sirvió de mucho para el campo y para los camperos de la provincia. “El concepto de campero lo hemos aprendido de él. Manolo nos ha dado su tiempo para que los camperos podamos defender nuestro modelo productivo”, puso como ejemplo Pedro Gallardo, su sucesor al frente de Asaja Cádiz. “Es el modo y la manera de transmitir el trabajo”, ensalzaba Pedro Barato, presidente nacional de la organización, quien admitió que en la provincia, y de la mano de sus representantes, aprendió a cómo hacer las cosas sin molestar, pero teniendo razón, aprendimos que no se trataba de imponer sino de compartir. No es una cuestión ni de ricos ni de pobres, sino de cultura empresarial, y siempre en todas las reformas las cosas se conseguían”.

Y quien mejor puede expresarlo es, sin duda, Cristóbal Cantos, que le acompañó durante toda su etapa presidencial en cada una de las batallas libradas en favor del campo de la provincia, caso de la reforma agraria -“un intento de latrocinio”, según el propio Vázquez-, o en cada una de sus visitas a Bruselas a causa de la PAC. En su opinión, el principal valor de su labor fue lograr tejer una red “para proteger a todos los agricultores y ganaderos, impidiendo que cayeran al abismo, sujetándolos y protegiéndolos”. Una red que, según Cantos, se componía de cuatro capas. La primera, “el pasado o la memoria”, tener siempre presente a los primeros protagonistas de la asociación, a los “pioneros”, los presidentes precedentes. La segunda fue “mirar a la provincia como concepto único y global. Nos abrió los ojos a una provincia sin localismos, fuerte y con oportunidades en cada una de las comarcas, y por un mundo lleno de monte mediterráneo, de ganado vacuno extensivo, de medio ambiente”. En tercer lugar, que el mundo empresarial dejara de ser ajeno al campo. “El mundo empresarial tenía que calarse la gorra campera para dar fruto a la provincia, por la fuerza que tiene”. Y, en cuarto lugar, “los políticos como aliados. “No ha quedado ni un solo político del sector al que haya hecho mancharse los zapatos de barro, desde ministros a comisarios... para que comprobaran las tropelías que se cometen desde los despachos, sin mala intención, pero con total desconocimiento”. De ahí, de tanto ir a los despachos, surgió el mote que les pusieron en el Ministerio, “Los Manolos”, que dice Cristóbal Cantos que no sabe si “era bueno o malo, pero no cabe duda que era un síntoma de relación personal y cercana”.

Vázquez, por  su parte, se mostró “orgulloso de poder compartir este día y haber tenido la confianza de los camperos de Cádiz durante 16 años. Era difícil hacerlo mal cuando teníamos maestros como Eduardo Perea, Pepe Bohórquez, Pepe Pravia y un equipo técnico leal encabezado por Cristóbal Cantos y Manolo García Mata. Lo difícil lo tuvieron los fundadores de la organización. Nosotros hemos seguido esa labor y esa forma de hacer las cosas”. Y tuvo palabras asimismo para una sucesión de la que también se siente orgulloso: “De su acierto y fortuna depende en parte el de los camperos de la provincia”, concluyó.

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