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“La familia nos está llamando,pero la trifulca es en puntos calientes"

Jerezanos afincandos en Barcelona cuentan cómo están viviendo la semana de disturbios tras el fallo del ‘procés’

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  • Imagen de una de las protestas en Barcelona de esta semana -

“Es la guerra. Hay que ver la que tienen liada los catalanes”, comentaba una señora al teléfono mientras salía de hacer la compra. No es la única que habla en estos términos del conflicto independentista catalán. El país ha estado pendiente toda la semana de la última hora ante los graves disturbios ocurridos desde que el pasado lunes se conocieron las penas de cárcel de 9 a 13 años para los nueve líderes independentistas catalanes tras dictarse la sentencia del ‘procés’.

Calles cortadas, más de dos millones de euros de factura en contenedores quemados, adoquines arrancados de las calles que dejan los episodios de vandalismo de ciudades como Jerez en una mera anécdota, marchas, manifestaciones... ¿Cómo están viviendo los jerezanos afincados en  Barcelona estos días?¿Han podido hacer vida normal?¿Es tanto el caos como se ve desde fuera?

Ana y Fernando, un matrimonio jerezano residente en Barcelona desde el pasado año, trabajan en un negocio de restauración en el distrito de Grácia. No están en las zonas más calientes, pero sí han presenciado quema de contenedores y algunas protestas aisladas. No han temido por su integridad en momento alguno, ni han cambiado su hoja de ruta. De hecho, el pasado viernes se acercaron a la avenida Diagonal para ver el ambiente de la manifestación que protestaba contra la sentencia.


“Todo estaba últimamente muy tranquilo, pero ya sabíamos que con la sentencia se iba a reactivar; ya la semana pasada se empezó a notar movimiento. Hoy (por el viernes) hemos salido de trabajar y hemos estado en la manifestación. Hemos cruzado toda la calle y estaba todo controlado. De hecho hemos visto dos manifestaciones, las delos más violentos, y la pacífica, con gente de las marchas de otros puntos de Cataluña. Hemos ido por mirar, no había tensión”, explica a este periódico Fernando, que asegura que no ha dejado de recibir llamadas de sus padres y sus amigos desde Jerez pidiéndole que tuvieran cuidado. “Nos está llamando la familia preocupada, pero no es tanto como se ve en la tele. Hombre, no se te va a ocurrir meterte donde está el disturbio y están tirando piedras, porque te pueden dar.  Pero es que los problemáticos son un grupo reducido, digamos que hay tres grupos: el constitucionalista, el independentista y el radical independentista que busca la violencia, que es una mínima parte,el  0,001 por ciento. La mayoría de nuestros clientes son independentistas y se quejan de que está todo descontrolado; no están de acuerdo con la sentencia, pero tampoco ven apropiado lo que están haciendo los  grupos más radicales”, señala.

De ahí que, en contra de lo que pueda parecer por las imágenes de estos días, “andas por Barcelona y está tranquilo; la trifulca está en puntos calientes y muy puntuales. Vas paseando viendo a familias con carritos y niños”, aclara.

“No es una guerra civil”

Lo peor de todo, es que lo que está ocurriendo va en detrimento de la imagen de Barcelona, que es lo que más lamentan, pues los incidentes ocurridos en el Aeropuerto del Prat y de otros puntos de Barcelona están dando la vuelta al mundo. “Perjudica a la ciudad.  Las ventas del viernes por la huelga no fueron buenas, pero hemos abierto y no hemos tenido ni piquetes ni nada. Mucha gente no ha ido a trabajar”.

Llevan un año trabajando y no han tenido ningún problema, ni se plantean cambiar de residencia. De hecho,  aseguran que pese al conflicto les han acogido bien  y atienden a sus clientes en castellano. “Aquí en Barcelona nos respetan, si ven que les hablas en castellano, y te piden un café en catalán, te contestan en castellano”.

“Mi abuela me ha llamado histérica diciéndome que no salga de casa. Que no me vaya a meter en nada. Y le he dicho que estoy aquí en una terraza tomándome algo tranquilamente”, señala Irene, una abogada de 24 años, cuya familia materna es de Jerez, donde viene siempre que puede. Tanto ella como su madre acudieron el viernes a las manifestaciones proindependentistas. “No pensaba ir porque no soy independentista, pero he ido por lo que he visto en la tele, porque es sensacionalismo puro. Tengo amigos independentistas y no van quemando las esquinas de su casa. Hay unas marchas pero son pacifistas, eso no es real, no es que haya aquí una guerra civil”, señala bastante molesta por la imagen que se está dando de Barcelona.

Reside cerca de La Sagrada Familia y ha tenido que soportar más atascos de la cuenta, volver andando del trabajo o comprobar que el trayecto en autobús era más largo, pero no le ha ocurrido nada más allá de eso. “Tú no vas por la calle diciendo que Barcelona está destrozada, pero es verdad que te da pena pasar por el Paseo de Gràcia y ver el suelo quemado y que estén arreglando daños. Te da pena de que esté pasando esto en Barcelona”.

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