La cocina demoscópica de Elías Bendodo nos sirvió ayer un nuevo plato del barómetro andaluz. En la dirección de esos fogones está Tristán Pertíñez, conocido por haber sido propietario de Publick Worldwide, la empresa a la que los 'populares' le pagaron más de 400.000 euros para que hiciera la campaña sucia contra el PSOE en las pasadas elecciones de noviembre. Así que, ingenuidades o presunciones de inocencia sociométrica, las justas.
Pero, dejando de lado, que es mucho dejar, que para la mayoría de los andaluces y andaluzas el desempleo es el primer problema de nuestra región; la salsa de la cocina de San Telmo está, como no podía ser de otra forma, en la interpretación de la pulsión política del momento y su traducción en intención de voto y escaños.
Los populares se arrogan un crecimiento de 14 escaños, según el cual, ganarían las elecciones y pasarían de 26 a 40 asientos en el Parlamento: es decir, se atribuyen buena parte del voto de sus socios naranjas, que pasarían de 21 a 13. Según Pertíñez, el estancamiento del PSOE —sin saberse aún quién será el candidato o candidata socialista—, les llevaría a perder tres escaños y quedarse en 30; mientras que la guerra fratricida de Adelante y Unidas Podemos les haría perder cinco, pasando de 17 a 12. Pero, donde el 'pertiñaz' consejero de Presidencia se emplea más a fondo ha sido con Vox, a la que tan solo le concede dos nuevos parlamentarios, subiendo hasta los 14.
Cualquiera puede recordar que Vox tuvo en Andalucía casi 870.000 votos en las últimas Elecciones Generales... hace menos de un año. Esto quiere decir, haciendo un poco de política ficción, que, si la formación de Abascal tuviera un buen candidato o candidata y repitiera esos resultados, se podría acercar en realidad a los 30 escaños.
¿Por qué menosprecia el barómetro de Bendodo a Vox? Pregúntenselo a él. Pero, insisto, no caben ingenuidades o presunciones de inocencia sociométrica. Se están jugando la sartenes y quiénes las cogerán en un próximo futuro por el mango.