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Una mirada sobre la memoria flamenca de Alfonso Queipo de Llano

Charla y flamenco en directo en un acto organizado por Publicaciones del Sur y 7 Tv Andalucía con el patrocinio de la Fundación Unicaja

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  • Presentación de la charla en la Fundación Unicaja. -
  • Magdalena López-Cózar desgrana la relación de su marido con el mundo del flamenco

El salón de actos del Centro Cultural Fundación Unicaja en la capital malagueña ha sido escenario este miércoles de uno de esos momentos únicos en torno a la cultura. En un acto entrañable promovido por Publicaciones del Sur y 7 Tv Andalucía y patrocinado por la Fundación Unicaja, en el que la viuda de Alfonso Queipo de Llano, Magdalena López-Cózar y el crítico Ramón Soler, contaron a los presentes en un espacio donde no había una silla vacía, los recuerdos de las vivencias flamencas de Queipo y su mujer.

Una conferencia que bajo el título de Alfonso Queipo de Llano 'In Memorian', dirigida por el periodista Juan Garrido, culminó con el buen hacer al cante de Paqui Ríos arropada por la guitarra Rubén Lara, que también han estado vinculados a la familia.

Por el salón de actos de la Fundación sobrevolaron Fernanda y Bernarda de Utrera, Antonio Mairena, Juan Habichuela, Rancapino, Miguel de los Reyes…, y sus vivencias con un hombre al que durante la charla, íntima, pero ante un público entregado, fue calificado como una persona “fundamental en el desarrollo del flamenco en los últimos 50 años”, que no pasaba desapercibido, y que, gracias a sus sólidos valores, contribuyó a favorecer la profesionalidad de los artistas flamencos.


Y se vivió un momento único ayer en Málaga, porque Magdalena, como aclaró Soler, “no es de salir en público”, pero, que supo sacar jugo a las anécdotas vividas con su marido, que desgranó con amplio sentido del humor y del amor, para transitar por la afición de Alfonso al flamenco, al baloncesto o a los toros, para reconocer que fue él el que la introdujo en el mundo del flamenco.

Porque, como destacó, Alfonso decía “quiero el flamenco para divertirme”, aunque, según su viuda, también trabajó “para que los flamencos tuvieran su sitio”.

Una conversación donde ocupó un lugar preferente un buen amigo de Alfonso como fue Paco Valdepeñas, bailaor y cantaor jiennense muy vinculado a la familia. Que por cierto, Magdalena ý Soler destacaron que muy conocedor del flamenco, del cante y del toque, Alfonso era especialmente versado en el baile.

Por lo demás, ella agradeció como se acuerdan de él en Málaga “todos”, en el campo del flamenco, pero también en el de baloncesto que tanto impulsó o en el remo, porque “sembró sentimientos de cariño, de amor solidario hacía con todo el mundo”.

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