ueling comenzará a operar esta próxima semana, concretamente a partir del 1 de mayo, la ruta directa entre el aeropuerto de Málaga-Costa del Sol y la ciudad de San Petersburgo; una ruta que contará con una frecuencia a la semana durante el próximo mes y de dos de junio a septiembre.
Esta conexión directa de temporada será operada con un avión Airbus A320 con capacidad para 180 pasajeros. Se trata de la segunda ruta sin escalas operada por Vueling entre el aeropuerto de Málaga-Costa del Sol y Rusia, después de Moscú, atendiendo así a la creciente demanda por parte de los turistas rusos en busca de destinos de sol de la costa mediterránea.
De esta manera, Málaga suma ya 26 destinos directos operados por Vueling de cara a esta temporada estival gracias a las cinco nuevas conexiones presentadas este invierno, dos internacionales a Zúrich y Burdeos, y las islas de Menorca y Fuerteventura dentro del mercado doméstico.
Con motivo de este vuelo, desde la capital se pondrá en marcha una campaña de promoción en 'mupis', farolas y marquesinas de la ciudad rusa.
El sector turístico de la capital llevaba mucho tiempo demandando esta nueva ruta debido a la importancia creciente del mercado ruso, lo que se ha conseguido gracias a las negociaciones mantenidas entre el Área de Turismo con compañías aéreas y aeropuertos.
El perfil del viajero ruso se divide en dos grupos muy consolidados: el turista de clase alta y el familiar. Los dos coinciden en tener entre sus actividades de ocio el turismo cultural, el de salud, sol y playa y las compras, según los informes de Turespaña.
Actualmente, Rusia es uno de los países emisores con mayor gasto en el extranjero y su estancia media en el destino es de las más altas. El que viaja a España tiene entre 25 y 45 años, una capacidad económica alta y procede de grandes ciudades, fundamentalmente de Moscú y San Petersburgo.
Sus vacaciones son gestionadas en la mayoría de los casos por agencias de viajes en las que adquieren un paquete turístico y el visado correspondiente. Frente a la idea tradicional de que es turista sólo de sol y playa, el turismo cultural se ha consolidado y, de hecho, las visitas a monumentos y museos y su pasión por la gastronomía son la tercera actividad más apreciada por los turistas rusos una vez en el destino.