La cartografía histórica y la arqueología se dan la mano en la exposición Málaga de cara al mar, que propone al espectador que se detenga y eche un vistazo a la historia de la Cortina del Muelle. Organizada por la Gerencia de Urbanismo en el Ayuntamiento de Málaga, la exhibición representa un delicioso viaje por la evolución de esta céntrica vía, cuyo nombre refiere la presencia de los lienzos de la muralla medieval y del alto parapeto del muelle que cerraba el paso al mar.
La muestra se abre con una visión frontal de la marina de la ciudad del XVI, de un grabado de Anton van den Wyngaerde (1564), que define una ordenación reconocible aún de la Málaga medieval y en la que viven los conquistadores cristianos.
En este recorrido por los cambios urbanísticos que han configurado Cortina del Muelle hasta la actualidad es fundamental la cartografía histórica. El plano más antiguo expuesto recoge el proyecto que plantea a finales del XVII el ingeniero Hércules Torelli hacia 1694, en el que propone “reforzar las paredes del río Guadalmedina, aislarlo por el oeste, construir el Fuerte de San Lorenzo, la Torre del Obispo”, cuenta la arqueóloga municipal Carmen Peral.
Le sigue el planteamiento de Thurus, en el año 1717, quien habla de un puerto cerrado, el plano del arquitecto de la catedral Antonio Ramos (1776) y la cartografía casi topográfica de Carrión de Mula (1791).
La segunda parte de la muestra realiza el recorrido inverso, hacia el pasado, y enseña las imágenes arqueológicas que atestiguan la aparición, en un primer sondeo, de los restos del malecón o muelle antiguo y su calzada interior, se reconoce el sistema de anclaje a tierra. En el segundo, la muralla inicial del XI y los refuerzos posteriores del XVIII, la localización del cementerio musulmán litoral del siglo IX y las piletas de salazones.