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Perros contra el maltrato

La principal función de estos animales es defender a su dueña ante un posible ataque

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  • Demostración con el perro protector. -
  • Estos animales acompañan en todo momento a la víctima una vez que ya pasan a convivir con ella

Adiestrar perros para cuidar de víctimas de la violencia de género y disuadir a los agresores de éstas es una de las medidas complementarias a las ya existentes en la lucha contra el maltrato de la comunidad de Madrid y que ha llegado a Andalucía de la mano del Proyecto PEPOS en Málaga.

La principal función de estos animales es defender a su dueña ante un posible ataque para darle tiempo a que avise a los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, ha explicado hoy en una rueda de prensa el presidente del Proyecto PEPOS, Sebastián Rayo.

La idea nació a raíz de su participación en un curso en Madrid -al principio era escéptico y pensaba que darle perros a mujeres con estos problemas las pondría en peligro-, donde comprobó la eficacia de esta iniciativa y decidió trasladarla a Andalucía para aportar su "granito de arena" a la lucha contra la violencia machista.

La asociación -que comenzó a funcionar a principios de este año en Alhaurín de la Torre (Málaga)- cría su propia camada de canes y enseña a las mujeres que quieran recurrir a este servicio a cuidar de los perros, que tienen que ser voluminosos, dóciles y preferiblemente de raza pastor alemán -los más usados- o belgas.

Estos animales acompañan en todo momento a la víctima una vez que ya pasan a convivir con ella, y, mientras están en la calle, van ataviados con un bozal diseñado para impactos, un arnés con un distintivo que los identifica como perros de protección y una correa con la que la dueña lo controla.

Si el agresor se acerca el animal se mantiene alerta, al tiempo que la mujer extiende el brazo para marcar el límite al que puede llegar y sujeta a su compañero peludo por el arnés -el "acelerador", ha especificado Rayo-. Si el maltratador sobrepasa esta frontera el can salta sobre él y le da un empujón con el hocico.

En este punto el animal vuelve con su compañera si la agresión desiste, porque estos perros son de protección, no de defensa, los cuales seguirían atacando al maltratador "hasta las últimas consecuencias", ha diferenciado el presidente.

Para que exista esta sinergia entre estos guardianes y las mujeres, éstas deben pasar por unos filtros: primero los abogados de la asociación comprueban su situación -deben poseer una orden de alejamiento- y la asesoran, al igual que hacen los psicólogos; a continuación pasan a los adiestradores que le asignan un cachorro.

Después de algo más de un mes en los que tanto el perro como la víctima se acostumbran mutuamente se lo puede llevar a casa, si bien debe seguir asistiendo al centro 2 o 3 veces por semana durante unos ocho meses, y en caso de que el animal tenga que defenderla tras este período deberá volver para "resetearlo", ha precisado Rayo.

Además de la función disuasoria que cumplen los canes estos mejoran la autoestima de las mujeres, les sirven de compañía, y les hacen sentir protegidas.

En todo momento la asociación ofrece asesoría jurídica y psicológica, corre con los gastos médicos de los perros durante la formación -también una vez acabada, dependiendo de la situación personal de cada mujer- y hace un seguimiento los nuevos amigos de las víctimas, quienes pueden ponerse en contacto a través de la Policía, Ayuntamientos y demás instituciones públicas.

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