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Brasil irrumpe en el Festival con 'Mulher oceano' de la directora y actriz Djin Sganzerla

Muestra la conexión espiritual a través del mar entre dos mujeres, una que está en Río de Janeiro y otra en Tokio

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  • Presentación telemática del largometraje. -

 Dos mujeres que están en lugares distantes como Tokio y Río de Janeiro están extrañamente vinculadas a través del mar en "Mulher oceano" ("Mujer océano"), de Djin Sganzerla, con la que el cine brasileño ha cumplido con su habitual presencia de los últimos años en la sección oficial del Festival de Málaga.

Sganzerla, que además de haber debutado en la dirección interpreta a esa mujer dual, ha explicado este jueves a través de una videoconferencia que el mar "representa la fuerza de la naturaleza, es un personaje central y muestra cómo puede traer la transformación del personaje".

La actriz y directora quería abordar el tema de "la creación como transformación y como entrega, que puede llegar en algunos casos hasta la muerte", y para ello se ha valido de estos dos personajes "muy parecidos, que no se sabe si son la misma persona, y que viven en sitios distantes, pero tienen una conexión profunda entre ellos".

"Quería dejar espacio a la imaginación, que el espectador interprete si la duplicidad de los personajes existe o solo está en la mente de la escritora protagonista", explica Sganzerla, que también escribió el guion junto a Vana Medeiros.

Este proyecto nació de su "necesidad de dirigir", y a medida que fue escribiendo el guion se fue "enamorando de los personajes" y llegó un momento en el que decidió que, además de dirigir, quería actuar.

Admite que dirigir y actuar en una película es "un desafío grande", porque la labor de director implica a veces la necesidad de "tomar distancia de los personajes", pero le ha ayudado tener "una relación fluida" con el equipo con el que ha trabajado.

Sobre la elección de Japón, precisa que siempre ha sentido "fascinación por la cultura oriental" y además ese país era "idóneo" para la película por la relación que mantiene con la naturaleza y para poder "contar esta historia de duplicidad de los personajes".

"Japón era la pieza perfecta en este rompecabezas que quería contar", ha resaltado Sganzerla, que pese a la distancia geográfica con Brasil ha encontrado "paralelismos curiosos" entre ambos países.

Y en ese protagonismo de Japón aparecen las amas, las mujeres buceadoras japonesas a las que la directora ha dejado actuar de forma natural en pasajes de la película que adquieren un tinte de documental.

"Se dedican a la pesca y aprenden observando a otras mujeres de su familia. Se ganan la vida a través del mar y son unas mujeres muy independientes, a diferencia de lo que suele ocurrir en Japón, con una libertad muy grande", señala la directora.

Suelen bucear sin oxígeno, solo a través de ejercicios de respiración y gracias a su dominio físico o mental, y "son capaces de sentir si un día es bueno para salir al mar o no, aunque aparentemente esté calmo, porque han desarrollado este instinto para su supervivencia".

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