Una empresa de materiales, un arquitecto y un socio del Funky Buddha gestionan los cementerios del municipio

Según una investigación del digital Marbella Confidencial, la sociedad Parque Cementerio Marbella S.L., que a pesar del nombre, tiene su domicilio en Estepona, y que fue la adjudicataria en enero de 2014 de los cementerios del municipio para los próximos 40 años, estaría compuesta por un socio mayoritario que es una empresa de materiales de construcción, la conocida firma sampedreña Fernando Moreno, para ser exactos, y dos minoritarios, un particular, José Carlos Moreno Pedrazuela, y un despacho de arquitectura, Huete Arquitectos S.L, cuyo titular, Fernando Gómez Huete, ojo a la casualidad, es socio del club de playa Funky Buddha, aquel cuyos expedientes de paralización de obras y cierre no fueron atendidos el pasado verano por el concejal de Urbanismo Pablo Moro, lo que le valió una imputación por prevaricación y cohecho.
Supuestamente, pese a que esta actividad aparece en el objeto sociedad, como refleja la citada investigación de Marbella Confidencial, el único vínculo previo que tenía la misma con el negocio de las pompas fúnebres era la participación de dos funerarias valencianas, Blay S.L. y Servicios Funerarios Vadis S.L. Sin embargo, en el Registro mercantil no aparece ni rastro de esas firmas.
Así hasta el 27 de noviembre del pasado año, unos 10 meses después de la adjudicación de los cementerios, en que los mismos protagonistas forman una nueva sociedad, Funespamar S.L.. Y ahora sí, aunque casi todo capital social, 3.000 euros,  lo vuelve a aportar Materiales de Construcción Fernando Moreno, ya sí aparece como administrador solidario Gustavo Javier Casino González, que es socio y accionista de las funerarias valencianas, que hasta ahora no aparecerían por ninguna parte.
Según explicaron en su momento fuentes municipales, la empresa se comprometió a ampliar las instalaciones en San Pedro con tres salas más, dos plantas, una baja y un sótano, y una nueva capilla.
En el Virgen del Carmen optan por demoler el edificio actual y construir uno nuevo con seis salas, capilla, zona de cafetería, oficinas y hornos crematorios de última tecnología. 
Y en el de San Bernabé, deben sustituir las tres salas actuales por una sala única que contará con un espacio independiente para los familiares.
En total, según la concesión, deben llevar a cabo inversiones por valor de cinco millones de euros y se hacen cargo de los cementerios durante 40 años.