Un par de investigadores de la Universidad de Harvard ha desarrollado una simulación por computadora que puede explicar el misterioso hexágono polar de Saturno.
En su artículo publicado en 'Proceedings of the National Academy of Sciences', Rakesh Yadav y Jeremy Bloxham determinan que flujos alternos y un chorro de alta latitud hacia el este explican esta marca icónica del planeta de los anillos.
En 1981, la sonda espacial Voyager 2 pasó por Saturno y capturó imágenes. Una de las cosas que se destacó fue una gran entidad en forma de hexágono (aproximadamente 30.000 de diámetro) cerca del Polo Norte del planeta. Un estudio posterior sugirió que el hexágono era un fenómeno atmosférico que probablemente era similar en naturaleza a un huracán en la Tierra, pero su forma hexagonal era un misterio.
Investigaciones posteriores mostraron que la forma del hexágono persistió hasta nuestros días, casi 40 años después, pero la razón de su forma y persistencia sigue siendo un misterio, informa Science X Network.
Los científicos espaciales han debatido la naturaleza del hexágono, y en los últimos años se han dividido en dos campos: los que creen que es un fenómeno superficial y los que piensan que es muy profundo. En este nuevo esfuerzo, los investigadores buscaron resolver el misterio del hexágono mediante la construcción de una simulación de computadora en 3D para emular su comportamiento.
Para construir su simulación, los investigadores estudiaron y utilizaron datos sobre el planeta de múltiples recursos, más específicamente de la nave espacial Cassini, que generó cantidades masivas de datos durante su misión de 13 años.
La simulación mostró una convección térmica profunda que se movía en las capas externas de la atmósfera del planeta, lo que condujo a la formación de tres grandes ciclones cerca de los polos, y un chorro que se movía hacia el este que se movía en un patrón poligonal. La simulación también mostró uno de los vórtices gigantes que pellizcaban el chorro.
En la simulación, las fuerzas de los ciclones y el chorro que se mueve hacia el este se combinaron para crear la forma hexagonal del vórtice central, que gira en dirección opuesta a los vórtices más pequeños. La simulación también mostró que el hexágono era muy profundo, quizás miles de kilómetros.
Los investigadores sugieren que la razón por la que los ciclones adyacentes más pequeños no son visibles en las fotografías del planeta es porque están cubiertos por gases turbulentos.