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Lituania acude a las urnas en unas legislativas que podrían dar un cambio de gobierno

Esta antigua república soviética de 3,5 millones de habitantes ha sido uno de los países más afectados por la crisis económica desde hace cuatro años

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Los lituanos están llamados a las urnas este domingo en unas elecciones parlamentarias en las que la oposición, de centro-izquierda, parte como principal favorita y podría conseguir arrebatar el poder al primer ministro, el conservador Andrius Kubilius, cuya imagen ha quedado muy dañada por los recortes impuestos por su Ejecutivo para superar la crisis financiera.

   Esta antigua república soviética de 3,5 millones de habitantes ha sido uno de los países más afectados por la crisis económica desde hace cuatro años, lo que ha llevado al Gobierno liderado por Kubilius a realizar importantes ajustes presupuestarios.

   Las últimas encuestas de opinión indican que el primer ministro será superado por la coalición opositora liderada por el Partido Social Demócrata, que se ha comprometido a elevar el salario mínimo y a rebajar los impuestos para las rentas más bajas.

   El país báltico, elogiado por algunos países de la zona euro como un modelo de gestión frente a la crisis económica internacional, ha servido como modelo a países como Grecia y España, que se han visto forzados por la Unión Europea a importantes recortes para superar la recesión.

   "Han hecho un experimento con nosotros", ha explicado Ruslan, un taxista que trabaja en la capital, Vilna. "Han recortado las pensiones a la mitad, la gente se va del país... Los jóvenes se ven obligados a quedarse con sus padres y abuelos", ha indicado. "Ahora quieren hacerle lo mismo a los griegos", ha añadido.

   Antes del inicio de la crisis financiera en 2008, Lituania estaba experimentando un ciclo de crecimiento económico. Los bancos escandinavos le habían proporcionado créditos a bajo interés, dejando que el país generara más deuda de la que venía.

   Cuando los bancos dejaron de conceder préstamos en 2009, sus rendimientos económicos se redujeron en un 15 por ciento y miles de lituanos se vieron abocados a vivir en el extranjero para poder encontrar trabjo.

   Kubilius, que fue elegido después de que la crisis económica comenzara, decidió recortar las pensiones y los sueldos de los funcionarios público. Para ahorrar dinero, sólo un tercio de la iluminación de las calles de Vilna continúa empleándose y se ha restringido el combustible para los vehículos de la Policía.

   Las medidas de ajuste económico han permitido que el país vuelva a la senda del crecimiento, con un aumento del 5,8 por ciento del Producto Interior Bruto en 2011, uno de los mejores datos de toda la Unión Europea. A pesar de ese cambio de tendencia, muchos lituanos estiman que los recortes han sido demasiado severos.

   "Me recortaron mi pensión", ha asegurado un pensionista de 72 años que ahora vende suvenirs en el casco antiguo de la capital y que no quiere revelar su identidad. "Tengo que seguir trabajar porque de otro modo no podría pagar el alquiler de mi apartamento o las facturas de la luz", ha señalado.

   El rechazo que siente la población lituana ha llamado la atención del opositor Partido Social Demócrata, la formación que gobernaba cuando estalló la crisis en 2008. Una encuesta de opinión publicada esta semana sitúa a los social demócratas en cabeza en intención de voto con un 16,9 por ciento de apoyos, seguido por el Partido Laborista, con un 15,8 por ciento, frente al 7,9 por ciento que atesora la Unión Patriótica, el partido de Kubilius.

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