Al menos siete personas han muerto como consecuencia del descarrilamiento de un tren regional en la localidad de Brétigny-sur-Orge, en el departamento de Essonne, al sur de París, según ha informado el ministro del Interior, Manuel Valls.
"El balance podría aumentar sin duda", ha señalado el ministro, que fue alcalde de Evry, una ciudad del departamento. "Tenemos que lamentar siete muertos y varias decenas de heridos", ha indicado, anunciado que se ha activado "el plan rojo" y "los servicios de emergencia van a hacer todo lo posible por que el balance sea el menor posible".
El diario 'Le Parisien', que previamente había hablado de ocho víctimas mortales, ha informado poco antes, citando a las autoridades locales, de cuatro muertos, diez heridos críticos y otros 60 heridos.
Cuatro de los siete vagones del tren Intercités que realizaba el trayecto entre París y Limoges han volcado a las 17:15 horas en la estación de Brétigny-sur-Orge con unas 350 personas a bordo.
El accidente ha obligado a suspender el tráfico en la línea C del RER --el tren de cercanías de París y su extrarradio--, mientras que la empresa de ferrocarriles SNCF ha establecido una unidad de crisis. Según fuentes de SNCF citadas por 'Parisien', se cree que habría habido un problema con las agujas.
El ministro de Transportes francés, Frédéric Cuvillier, ha anunciado a través de su cuenta en Twitter que se va a desplazar al lugar del accidente.
Por su parte, el alcalde de la localidad, Bernard Decaux, ha relatado a 'Le Parisien' que "tres vagones están aplastados los unos contra los otros ante la estación y un cuarto está volcado un poco más lejos hacia el sur".
"Por ahora no tengo una idea del balance. Me han dicho simplemente que podría ser muy elevado" y que "hay heridos", ha añadido el alcalde socialista, que no ha dudado en calificar lo ocurrido de "espectáculo apocalíptico".